SANSE 1-1 BALEARES | A punto de caramelo

dicen que, si no se consigue ganar, al menos que no se pierda, pero el punto obtenido en la jornada 14 -aplazada por coronavirus- ha sabido a poco en Matapiñonera. El Sanse lo tenía todo hecho, pero es prácticamente matemático que todo partido con aires de final acaba con sorpresa, y así fue.

Todo empezó bien para el cuadro sansero, en el minuto ocho Marcelo Ribeiro cazaba un rechace en el área para después batir a René Román y encauzar el partido para los locales. El Sanse dominaba, apenas unos minutos después del gol Arturo sorprendía con un tiro cruzado que se marchaba fuera por poco. Dani Pachín también gozó de una buena ocasión, el extremo buscó portería con un lanzamiento que salió rozando el costado de la red.

Llegaron también las intentonas de un Atlético Baleares que, por medio de Vinicius desde el perfil derecho de área, intentó hacer daño con un tiro que se perdió en la línea de fondo.  Destacable la intervención defensiva de Fomeyen, que paró a José Manuel Martínez cuando se había metido hasta la cocina.

Hubo tiempo -además- para tensión y polémicas; el Sanse reclamó penalti alrededor de la media hora de juego, pero el colegiado no lo consideró. Además, en el treinta y dos la grada estalló por una supuesta agresión sobre Borja en la que la bancada sansera pidió la expulsión del jugador visitante.

La segunda parte fue el antónimo del primer tiempo, los de Jordi Roger fueron ganando fuerza y el Sanse empezó a verse algo sometido. Corría el minuto cincuenta y tres cuando Felipe Ramos atajaba una doble ocasión de los visitantes que heló Matapiñonera. Poco después, sacaba otra buena mano ante el remate de Carlos Cobo. En el sesenta y cinco, Pozueta Rodríguez anulaba el gol de Vinicius por fuera de juego.

El último cuarto fue de infarto, el Sanse sufría, pero aguantaba. Felipe Ramos volvió a destacar tapando el golpeo de Luca Ferrone, pero el rechace le caía a Vinicius, que estrellaba el cuero con el travesaño.

La recompensa al tesón balear llegó en el ochenta y seis, Vinicius hizo honor a su apellido (Tanque) y cañoneó al cancerbero local, esta vez sí, colando el balón en la jaula. Se sucedieron entonces minutos de alta tensión. Cordero veía la tarjeta roja por agresión y el Atlético Baleares se quedaba con diez, pero ni eso, ni los seis de añadido bastaron para que el Sanse remendara lo ocurrido y se hiciera con la ansiada victoria.

Los de Marcos Jiménez tendrán que esperar, al menos, una jornada más para poder decir que el objetivo marcado se ha cumplido.