SANSE 1-1 CULTURAL | Miedo a perder

Sanse y Cultural empataron porque hicieron méritos para empatar, de hecho hicieron méritos sobrados para igualar…, a cero pero los errores defensivos nos obsequiaron con dos goles. Uno de ellos para verlo de continuo porque el disparo de Borja Martínez fue una delicia. Fue como esas inversiones a “plazo fijo” en la que prima el bajo riesgo aunque el interés sea pequeño. Porque casi todo fue mucho control, mucho esfuerzo por evitar que el rival hiciera algo, mucha precaución y poca exposición. De hecho casi todo lo noticiable en materia ofensiva vino precedido de errores en la salida de balón, en la entrega o en la colocación defensiva. Hubo realmente mucho miedo a perder y si tuvimos algo de chicha fue  probablemente porque el Sanse marcó pronto. Sea como fuere empate que parece no sabe del todo mal ni a madrileños, ni a leoneses.

Pareció que los leoneses querían tener la posesión de la pelota para no verse comprometidos atrás y al principio pisaron algo más el área rival, eso sí, sin generar peligro. No habían hecho casi nada ninguno en materia ofensiva y en una jugada sin aparente peligro Amelibia regala el balón en la salida para que Borja Martínez ponga en la escuadra la pelota. El primer disparo a puerta ponía a los madrileños en ventaja aunque no apuntaba a variar mucho la disposición de ambos porque los locales se mostraban cómodos con el guion inicial de partido. Encima la facilidad de los leoneses para perder balones en zona complicada refrendaba la voluntad sansera de entregar la pelota para  robar y salir a la contra.

A balón parado tuvo su primera opción la Cultural pero la prolongación de Trigueros en el primer palo se paseó por el área sin encontrar finalizador. Y poco más, mucha posesión estéril, mucho llevar el balón de central a central hasta que el Sanse robaba la pelota e intentaba la sorpresa. El duelo se espesó, como convenía a los madrileños, y  no hubo reseñas de acciones ofensivas a recoger. En medio de ese desierto Rodenas tuvo el 2-0 en sus botas tras una colada de Borja Martínez que dejó para que el ariete rematara alto. Poco de los locales, nada de los visitantes. Claro que el marcador sonreía a los primeros y les daba la espalda a los segundos.

Lo acaecido al arranque se repitió en la reanudación. Apenas habíamos puesto los trastos tras el bocata cuando Castañeda roba una pelota cerca del área rival, pase atrás y Obolskii empuja a la red: dos tercios de gol atribuibles al vasco. Y como en la primera mitad, primer disparo: gol. La rentabilidad ofensiva de tirios y troyanos, máxima. La respuesta sansera llegó tras otro despiste defensivo, ahora visitante, que Euse cabeceó fuera por poco. El gol animó a los locales que tuvieron varias aproximaciones al marco rival gracias a que su línea de presión seguía robando enla salida a un equipo que no atinaba a explotar la capacidad de Obolskii para jugar de espaldas. El partido se abría, más por errores que por tino ofensivo pero, al menos, había llegadas.

Pedro López tuvo que estar atento para evitar que Obolskii le pillara con la hora cambiada (emoticono de guiño) tras, como no, otra pérdida en la salida de balón, ahora sansera. Era esa fragilidad defensiva de los dos lo que le daba al encuentro más “vidilla” que las fabricación porque de creación de juego hubo más bien poco. Rodenas remató flojo a las manos de Salvi, la respuesta fue una colada de Kawaya no encontró rematador…. Aún así, la impresión era ya que ambos daban por bueno el punto o eso hacía sospechar la gestión final de los cambios. La calculadora pausó el duelo, puso coto al riesgo y el tiempo final discurrió con amigable desinterés por sorprender al rival. Al fin y al cabo, el puntito no le sabe mal a ninguno de los dos, seamos realistas.