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Feliz regreso del Navalcarnero a la división de bronce. El cuadro rojiblanco cuajó un gran partido, mostrando hechuras, sin acusar ser un recién ascendido. Todo ello frente a un mal Sanse, que sobre todo en la primera mitad mostró una mala e inesperada cara.

Para este primer partido de la temporada, ambos entrenadores apostaron por una disposición táctica similar: el otrora clásico 4-4-2, con matices. En los locales, Borja Sánchez se situaba normalmente siempre por detrás de Arturo, que en ocasiones permutaba su posición con Carlitos. Por parte visitante, Juan Esnaider y Jesús de Miguel jugaban de delanteros más clásicos, aunque el que fijaba siempre a los centrales era el argentino.

Desde el inicio se vio siempre bien a los navalcarnereños. Es verdad que los sanseros quizá tenían algo más el balón, y elaboraban algo más, pero sin sensación de peligro. El ataque del Sanse era totalmente inofensivo; ya que aunque lograban filtrar balones a la espalda de la defensa, la mayoría de las ocasiones no lograban ni conectar con el punta. Y cuando lo hacían, la siempre pegajosa defensa del Navalcarnero se anticipaba a sus movimientos, impidiendo el remate. Enfrente, el cuadro de Ayllón se entretenía menos con el balón y era más incisivo, sobre todo a la contra. Dos-tres toques eran suficientes para que los forasteros se asomaran al área rival, y crearan peligro.

De este modo, se veía mejor y más confiado al Navalcarnero. Sin ser un asedio, pero parecía que sería cuestión de tiempo (o más bien de acierto) que los del Mariano González se adelantaran en el marcador. Y es que a las dos paradas de Felipe Ramos a Jesús de Miguel, hubo que sumar un balón sobre la línea que sacó Cidoncha, y un balón al travesaño de Fratelli a la salida de un córner. A ellos se les sumó Calarge y Ramón Blazquez que remataron directamente fuera; mientras que su compañero Aitor González era un espectador de lujo del buen partido de los suyos. Todo ello en un gran primer tiempo rojiblanco.

Tras el paso por vestuarios, se esperaban cambios en las filas sanseras, dada la mala imagen. Sin embargo, Marcos Jiménez, poco amigo de las excentricidades y las revoluciones, decidió apostar por los mismos once; aunque a buen seguro que tras una marquiña, siempre desde su tono pausado, analítico y calmado. Y de inicio le funcionó al ex del Trival, puesto que su equipo salió con otra actitud, dando una imagen diferente a la del primer tiempo. Es más, hasta pudieron adelantarse en el marcador anda más empezar por mediación de Fer Ruiz, evitando el tanto con una gran parada el hasta entonces inédito Aitor González.

Viendo que el Sanse despertaba de su letargo, de inicio el Navalcarnero replegó líneas. Como preparándose para aguantar un chaparrón que duró poco. Según iban pasando los minutos, el crecimiento de los franjirrojos fue decreciendo, en lo que fue ganando metros el equipo visitante. Para ponerle remedio, el técnico local comenzó a mover el banquillo, equilibrándose el choque. Un partido que tenía mucha intensidad, en el que los dos equipos trataban de jugar, pero al que le faltaban las ocasiones. El Navalcarnero no llegaba con la frescura ni la asiduidad del primer tiempo; mientras que los sanseros tampoco asomaban por el área rival.

Parecía que todo iba encaminado al 0-0 en el partido inaugural, hasta que los locales se quedaron con diez. Arturo vio la segunda amarilla. A partir de entonces, el equipo visitante tomó las riendas del partido, ganó metros, y comenzó a crear peligro sobre la meta de un Felipe Ramos que tuvo que intervenir dos veces.

Al final, tanto fue el cántaro a la fuente, que se acabó decantando en favor de los forasteros. Faltaban once minutos para el final, cuando tras una gran jugada individual por la izquierda de Juan Esnaider, Fran Pérez recibió el balón en el pico del área. Tras controlar, el once visitante se acomodó el balón, y cruzó por bajo al palo contrario, donde más les duele a los porteros, para hacer el 0-1. Un tanto que hacía justicia a lo visto durante todo el encuentro, ante el enfado de los aficionados locales que comenzaron a protestar tímidamente por el mal partido de su equipo.

Tras el gol, el Sanse trató de volcarse sin éxito. Marcos Jiménez agotó los cambios, metiendo todo el potencial ofensivo del que disponía, sin éxito. La inferioridad numérica, y el buen rigor táctico de los de Ayllón hizo imposible que los locales crearan peligro. Es más, en tiempo de prolongación el barquito chiquitito tuvo el 0-2 en un contragolpe Del Moral, en el que salió victorioso un Felipe Ramos, que fue el más destacado de un Sanse gris, que un año más, comenzó la temporada con el sabor amargo de la derrota. Todo lo contrario que un Navalcarnero, que en su regreso al Bronce logró una justa victoria, y lo que es mejor, dio una gran imagen de equipo que ha llegado para quedarse, y no de comparsa.

SANSE  Felipe Ramos; Barreda (Gavilán 83’), Ofoli (A), Juanra, Jaime Paredes (Diego Simón 55’); Fer Ruiz, Cidoncha (Manu Miquel 83’), Barril (Mario González 68’), Carlitos (Marcelo Ribeiro 55’); Borja Sánchez y Arturo Rodríguez (AA 63’).
NAVALCARNERO: 
Aitor González; Víctor Calarge, Fratelli, David Gómez, Álex Alonso; Ramón Blazquez (Del Moral 74’), Alonso, Mario García, Gonzalo Saiz (Fran Pérez 58’); Jesús de Miguel (Facundo Esnaider 89’) y Juan Esnaider (A) (Manu Jaimez 89’).
GOLES 0-1 Fran Pérez (79’).
ÁRBITRO López del Amo Franco, colegio balear.
INCIDENCIAS  JDH-Matapiñonera, unos 250 espectadores.
Los Importantes 2020/2021
SANSE
NAVALCARNERO
3. 3. Fran Pérez
2. 2. Jesús de Miguel
1. Felipe Ramos 1. Ramón Blázquez
E: Marcos Jiménez 1 E: Luis Ayllón 3
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