POZUELO 2-0 LAS ROZAS | El inicio y el final fueron la clave

El encuentro comenzaba de manera fulgurante, en el minuto dos, Óscar Saugar recogía un rechace de la defensa y con una espectacular volea desde la frontal batía a Quesada y establecía el primer gol de la mañana.

Tras este inicio, el juego se volvió igualado, no existía un dominador claro durante los siguientes minutos. El partido en este comienzo se tuvo que parar varios minutos por un choque entre dos jugadores que finalizó con la sustitución del central local Luque.

Los roceños iban a exponer su juego y querían llevar la manija del encuentro, los pupilos de Juanjo Granero y se replegaban esperando un error en la salida visitante y generar peligro. Esto pronto iba a surtir efecto.

Los siguientes acercamientos serían locales. Primero con un remate de Momprevil que se marchaba desviado, poco después Brayan no estaba acertado en su definición.

Mediada la primera parte, los visitantes tendrían el empate en botas de Lucas pero su disparo era despejado bajo palos por Monzón, que evitaba la igualada en el luminoso.

La dinámica se mantendría los siguientes minutos, ambos equipos tendrían ocasiones para perforar la meta rival. Gonzalo cabeceaba el cuero pero Christian lo atrapaba con facilidad.

Los tres últimos acercamientos iban a ser, dos para los locales y una para los visitantes. Brayan se plantaba solo mano a mano frente a Quesada pero su disparo se marchaba rozando el palo, dos minutos después el mismo protagonista lo intentaba pero corría la misma suerte.

Los roceños tendrían la última ocasión pero Amores no lograba encontrar la meta defendida por Christian. El descanso llegaba al Valle de las Cañas con un choque con muchas oportunidades de peligro, pero que lo decantaba una genialidad local.

El segundo tiempo comenzaba como el anterior, Alberto Salido estaba cerca de empatar el encuentro, pero el cuero se marchaba rozando el larguero local.

Tras este acercamiento, la igualdad se vio patente, las posibilidades de peligro se volvieron una quimera, los porteros eran meros espectadores del juego.

El balón no tenía un claro dueño, las defensas se imponían a los ataques, la falta de clarividencia en los metros decisivos era patente.

En el minuto sesenta y dos el autor del gol local iba a tener una clara ocasión para aumentar la renta con un lanzamiento de falta que se marchaba rozando el larguero.

Dos minutos después, los roceños iban a tener la ocasión más clara para empatar del encuentro con un remate a quemarropa de Carbonell, que despejaba Christian, el rechace lo recogía Cuéllar pero su disparo se marchaba alto.

Cuando el horizonte del final del choque se avecinaba llegaría la sentencia. Del Barco robaba el cuero a Lucas y montaba la contra, se internaba en el área y le cedía el balón a Óscar, que con una tranquilidad pasmosa batía a Quesada y dejaba los tres puntos en su feudo.