PARLA 3-0 VILLAVERDE | El Parla recupera el pulso

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arla y Villaverde jugaban el mismo partido pero no jugaron a lo mismo. Los negriazules, la mayor parte del año líderes, habían desperdiciado en las últimas semanas su ventaja saliendo de los puestos de ascenso; los verdes ya no se jugaban nada más que la honrilla pues la clasificación ni les admite en la pelea por arriba, ni les ahoga en la salvación. Y el duelo respondió a esos parámetros en los que el que se lo juega todo está,  para bien y para mal, más enchufado. Y el otro, mientras tiene viento de cola, navega con soltura; sin riesgos, ni ambición pero con facilidad. Al Parla le ahogó  su necesidad hasta que capturó el primer tanto y luego en dos brochazos (con condescendencia rival) liquidó la cosa e incluso jugó al nivel de mañanas no tan lejanas; al Villa le duró el ánimo hasta que se vio debajo con claridad. Todo lo que ocurrió después fue como un partido de pretemporada porque ya no quedaba por qué “discutir”.

El Parla, una victoria en los últimos ocho  partidos, partía con la imperiosa necesidad de sumar de tres y enseguida se aplicó a la tarea llevando a los verdes a su área con inusitada celeridad. Cierto que tuvieron  muchos acercamientos y muchos centros para inquietar pero sin llegar a poner el apunte final del remate gracias a la buena disposición defensiva de los visitantes y al oficio de su portero, inexpugnable por arriba. Los capitalinos parecieron sentirse cómodos esperando la contra como la que organizó motu proprio Nabil y que acabó con una caída tras la salida de Sito que no pareció nada  pese a la algarabía de su banquillo que, obviamente, vio penalti claro.

El fútbol fogonazo del Parla duró más bien poco y luego no atinó a poner sosiego al partido para mantener sus opciones ofensivas. De hecho el Villa comenzó a tener más posesión y a llevar el duelo a un ritmo lánguido, de interrupciones casi constantes, en el que no pasaba nada con lo que la posibilidad de un gol quedaba a  merced de una genialidad o una pifia. Como ocurrió con la mejor ocasión tras una pérdida  infantil (falta de tensión en la disputa) de los visitantes en la salida del balón que permitió un buen disparo abajo de Cañas al que respondió con oficio Iván Villar. En el córner siguiente Juanpe volvió a toparse con Villar.

La ocasión animó a los parleños que encontraron la ruta del gol con  una buena combinación que acabó dejando a Chino (¡qué aire dio la salida de este chico!) sólo ante Iván Villar y esta vez no pudo el portero evitar el primero. En esos instantes finales el Parla pudo resolver el choque cuando Joni (otra vez) se topó con la madera al rematar una colada de  Javi. Fueron cinco minutos finales de subidón que permitía a los de Jesús López irse al asueto con la mitad de los deberes hechos. Eso pensábamos en ese momento, luego descubrimos el enorme valor de ese gol.

Casi no nos habíamos colocado tras el descanso y el Parla hacía  el segundo. Tremendo error de la defensa visitante en su área que deja el balón a los pies de Javi Calvo que cede a Joni para que fusile a Villar. El despiste de la defensa verde tuvo refrendo minutos después cuando Juanpe hacía el tercer tras cabecear a la red casi con la venia de los centrales visitantes. En un abrir y cerrar de ojos 3-0 y el partido liquidado. Ahí pudimos ver la diferencia de tensión entre quien se juega “la vida” (el ascenso) de unos y quien ya ha puesto (de facto) candado final a su temporada. Con el recital  de cambios la decoración no varió, de hecho si no cayeron más goles en la cesta local fue porque el meta visitantes mostró su solvencia y oficio con  paradas notables. Así hasta que el pitido final trajo una liberación espiritual insondable para los locales que seguirán en la pelea por el ascenso con o contra el vecino parleño.