NAVALCARNERO 3-3 AT. BALEARES | Con la fe y coraje por bandera

propios y extraños celebran la competitividad y el coraje que, como hace muchos años, no se ve por el feudo del Navalcarnero. El equipo puede ganar o perder, o empatar, hoy era el ejemplo perfecto pero lo que está claro es que la afición está más que satisfecha y como muestra la gran ovación que se llevó hoy un Navalcarnero que arrancó un merecido punto a última hora después de haber remado contra corriente, con un hombre menos, durante más de una hora.

Partido intenso, vibrante, prueba de la gran competitividad que hay en el grupo, el presenciado en la jornada matinal del Mariano González. Llegaba un Atlético Baleares llamado a grandes objetivos, que dio muestras del empaque que tiene pero que no pudo con la consistencia y el empuje del equipo de Luis Ayllón. Los navalcarnereños compiten como nadie y pelean hasta el último minuto, sin dar nunca por perdido ningún punto.

Hoy pudo verse una nueva muestra de que el Navalcarnero no se arruga ante nadie y eso que, tras unos primeros minutos de igualdad, el conjunto baleárico se ponía por delante en el marcador con su mayor fuerte, las jugadas a balón parado. Saque es esquina y Baselga, de cabeza, adelante al equipo balear. No se echó atrás el Navalcarnero, que vio como el partido se complicaba diez minutos más tarde tras la expulsión, por doble cartulina, de Juan Esnaider. Las cosas pitaban mal pero no sería así. Fue cuando salieron la casta y el sacrificio local. No obstante, con poco más se llegaría al descanso.

Tras la reanudación, el Navalcarnero igualaba la contienda en el minuto 50, cuando Ramón aprovechaba un despiste defensivo visitante, con una mala cesión entre su defensa, para encarar a Juan Carlos y neutralizar la ventaja de los de Jordi Roger. Fue lo que necesitó el Navalcarnero para venirse arriba, a pesar de jugar con diez.

En el minuto 63 los locales volteaban el marcador con un perfecto lanzamiento de falta de Gonzalo Sáiz que no podía atajar Juan Carlos. En sus mejores momentos, poco después, Dani del Moral botaba un saque de esquina y Jesús de Miguel peinaba el cuero, que se estrellaba en el palo.

En el minuto 71, Cristian ponía de nuevo la igualada, con un balón rechazado cerca de la línea frontal, tran un golpeo saco y fuerte que no podía atajar Aitor González. Responderían los locales con un pase entre líneas de Mario sobre Jesús de Miguel, quien encaraba al guardameta baleárico y remataba fuera.

En el minuto 84, el Atlético Baleares volvía a adelantarse en el marcador tras ganar la espalda Vinicius a la zaga navalcarnereña y alojando el cuero junto al palo largo de la portería de Aitor. Su celebración, de burla a la afición local, fue reprobada por su propio banquillo y sancionada por el colegiado.

Los minutos pasaban, se sucedían los cambios y el partido parecía que no iba a cambiar de resultado pero el Navalcarnero nunca da nada por perdido y próximo a cumplirse el tiempo de añadido, un balón en el área era despejado con la mano por un defensor visitante. No lo vería el árbitro pero sí su compañera auxiliar, que no lo dudó ni un momento. Catalá Ferrán decretaba la pena máxima y desde los once metros Manu Jaimez ponía la igualada y el éxtasis en la parroquia local. Este Navalcarnero promete e ilusiona mucho.