Foto: Ismael Corregidor.
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El sueño de la Segunda B sigue muy vivo para Las Rozas. El cuadro de Lolo Escobar logró algo más que la remontada en un gran segundo tiempo. El cuadro roceño recuperó la imagen, el gol, y sobre todo la confianza perdidos en el último mes, y demuestra que está muy vivo en la búsqueda del ascenso a la división de Bronce.

Pero lejos de lo que pueda hacer pensar el marcador, el partido no fue fácil ni cómodo para el cuadro azulón. El Atlético Saguntino, aunque estuvo lejos de ser el equipo temido y feroz que se le presupone por presupuesto y plantilla, fue un rival muy incómodo. El equipo de Frank Castelló en ningún momento vino a ganar el partido, y si a defender su ventaja para pasar de ronda. Desde el minuto tres, los valencianos empezaron a perder tiempo, y trataron de arañar y perder todo el tiempo posible. Tanto fue, que sin haber parón para hidratarse, se añadieron cuatro minutos de descuento en el primer tiempo, en una muestra de lo que fue el primer acto.

Y es que el primer tiempo fue mucho más espeso. El Saguntino trataba de que pasaran las menos cosas posibles, y sobre todo, centraba esfuerzos en que no avanzaran los jugadores azulones en torno a su área. Y le salió bien en los primeros cuarenta y cinco minutos, en los que los roceños tan solo tuvieron una opción clara de gol, en una falta botada por Calleja, que se marchó rozando la escuadra. Por su parte, el cuadro valenciano tuvo dos opciones muy claras de gol, en su especialidad: el balón parado. Pero primero Yelco con una extraordinaria parada junto al laguero a disparo de Marenya; y más tarde Raúl Díez despejando casi sobre la línea un cabezazo de Arturo lo impidieron.

La segunda mitad fue harina de otro costal. Las Rozas salió mucho más decidido, y movía con más frescura y comodidad el balón. Aunque en el primer tiempo también eran superiores con la pelota los madrileños, lo cierto fue que tras el paso por vestuarios se vio más frescos a los pupilos de Lolo Escobar. Y sobre todo, comenzaron muy pronto a creer que la remontada era una opción muy real puesto que a los nueve minutos se adelantaron en el marcador. Tras una falta sacada por Calleja, el centro desde la banda diestra lo acabó desviando Guadaño con la puntera, cual delantero centro, para mandar el balón al palo contrario adelantando así a los suyos.

El gol hizo creer que la remontada era más que posible, y la grada empezó a apretar como pocas veces se ha visto en Navalcarbón. Una grada que llegó al éxtasis, cuando cuatro minutos después Las Rozas igualaba la eliminatoria. Guadaño casi ganando la línea de fondo, puso un buen centro medido que iba camino del segundo palo para que la empujaran bien Mario Sánchez; bien Goal, pero no hizo falta. En su intento de despeje, el capitán visitante Marín introdujo el balón en su propia portería, quedando nivelada la eliminatoria.

Una vez conseguido el segundo gol, de inicio Las Rozas no bajó el pistón. Los hombres de Lolo Escobar querían la remontada completa, y seguían buscando con ahínco la portería rival, teniendo opciones para marcar. Cruz se topó con una buena parada de Lluna en un mano a mano; mientras que a Turégano se le marchó alto un remate de cabeza; antes de que empezara el carrusel de cambios. El calor apretaba, y ambos técnicos comenzaron a meter refresco en sus equipos, guardándose cada uno un cambio, por una posible prórroga.

Y es que el tiempo extra estuvo muy presente sobre el campo. Con el paso de los minutos, los locales levantaron el pie del acelerador, puesto que el ritmo impuesto por minutos era difícil de mantener dadas las condiciones climatológicas y las alturas de temporada en las que nos encontramos. Además, el Saguntino se estiró tímidamente, atrapando Yelco un par de balones que podían complicarse; y sobre todo con un remate de cabeza de Arturo Navarro que encogió el Corazón Azul. El central cabeceó una falta, y rozó el palo, en lo que parecía el 2-1 a nueve para el final.

Pero afortunadamente, el que evitó la prórroga fue un jugador azulón a siete para el final. Corría el minuto ochenta y tres, cuando en una jugada muy similar a la del segundo gol, Turégano se fue por la banda izquierda. Y desde una posición similar a la del centro que originó el segundo tanto, lanzón un centro-chut que se envenenó. Tanto que Lluna se comió el balón, que tras tocar en los palos, botó dentro. Aunque el colegiado principal pareció dudar, el que no dudó un solo instante fue el árbitro asistente, que corrió como una exhalación hacia el centro del campo dando validez al tanto.

Tras tres minutos por las protestas de los jugadores visitantes, que se comieron al árbitro asistente que concedió el tanto (curiosamente ninguno fue amonestado) el partido se reanudó. El Saguntino lo intentó con más corazón y rabia que cabeza y fútbol. Enfrente Las Rozas le metió cloroformo al partido, bajando el ritmo, pudiendo matar el partido a la contra. Con el equipo valenciano volcado (en la última falta subió a rematar hasta el portero), Rubén que solo disputó el tiempo de prolongación (cinco minutos), a punto estuvo de conectar con el balón por dos veces en el interior del área, para lograr el cuarto. Pero el centrocampista roceño no llegó por centímetros; y hubo que esperar hasta el noventa y cinco para certificar el pase a la segunda ronda; en la que estará Las Rozas con fuerzas renovadas, con toda la ilusión y esperanza para lograr el sueño del ascenso a Segunda B.

LAS ROZAS Yelco; Raúl Díez, Iñaki, Guadaño (A), Lúcas; Cruz, Calleja (Rubén 90’), Rubén Blanco; Goal (Nogueira 77’), Mario Sánchez (Albur 71’) y Turégano.
AT. SAGUNTINO
Lluna; Tendillo, Marín, Arturo, Torrent (A); Polanco (Adrián Morón 86’), Ximo Forner, Sergio Boix (A), Adriá Granell (Iván Moreno 72’); Marenya (A) y Mateo Ferrer (Cortell 62’).
GOLES 1-0 Guadaño (54’); 2-0 Marín (propia puerta) (58’); 3-0 Turégano (84’).
ÁRBITRO Alex Ivanlov, colegio balear.
INCIDENCIAS Navalcarbón, unos 2.000 espectadores.
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