GETAFE B 3-0 POZUELO | Competir y formar, el camino del Getafe B

el Getafe B se tuvo que reinventar ante las bajas para conformar una defensa sólida y de garantías. Con una defensa de tres liderada por el jugador del juvenil División de Honor, Ramírez y dos carrileros poco habituales como Koffi y Mario, dejaron su portería a cero. Sumado al talento de los jugadores del del filial de medio campo hacia adelante, les valió para anotar tres goles en un mal día del Pozuelo.

Desde los minutos iniciales la tendencia del partido llevó el balón al campo defendido por el Pozuelo. A los visitantes les tocaba bascular de un lado a otro ante el dominio territorial del filial azulón. Mario, carrilero derecho del Getafe B, se mostraba descarado en todos sus dribles y si el Pozuelo intentaba salir al contraataque se encontraban con el gaditano Revuelta o el juvenil Ramírez, que parecía llevar 30 partidos en Tercera División, para frenar cualquier acometida.

A los diecisiete minutos de juego, Mario convirtió una de sus internadas en un regate con éxito que le sirvió para ganar la línea de fondo y asistir a un Revuelta que se había sumado al ataque como si oliese que ahí estaría el gol de un cabezazo certero que significaba el 1-0.

Como consecuencia del tanto, el Pozuelo quiso reaccionar, pero ni pies ni cabeza parecían funcionar. Revolucionados en sus acciones e imprecisos en sus ejecuciones. Jugadores como Óscar o Merchán, de un talento indiscutible, no eran capaces de combinar con Pradillos. La defensa del Getafe B crecía con el paso de los minutos al ver cómo eran ganadores en todos los duelos. Sin embargo, a los veintisiete minutos de juego, Megía, central del Pozuelo y el jugador más entonado del equipo visitante, pudo empatar el partido con una doble ocasión. Primero peinando un saque de banda que necesitó de una estirada de Nikolov y luego en un saque de esquina que tuvo que desviar nuevamente el portero del Getafe B.

En el segundo tiempo, el Pozuelo con la entrada de Lele en lugar de Baroa, parecía quitar óxido a su juego y encontrar la fluidez que le faltaba. De hecho, en el minuto cincuenta y cinco tuvieron la oportunidad de igualar el marcador. Un centro de Óscar que en primera instancia quiso engatillar Pradillos pero le cayó a Lele que vio como la defensa azulona le impidió remachar a gol. En ese preciso momento, la suerte sonrío al Getafe B porque poco después, Camacho sacó el capote en el área y David López, defensa del Pozuelo, cayó en el engaño y le rozó su pie, penalti y 2-0, cuando mejor estaba el equipo visitante. Delgado no desaprovechó la ocasión de agrandar la diferencia en el marcador y anotar su 5º gol de la temporada.

Con media hora por delante de partido, el Getafe B sacó lo que Iván Ruiz, su entrenador, llama el “poso”, temporizó el ritmo de juego, amasó la pelota y se mantuvieron equilibrados e intensos en los duelos. Del ataque posicional, al dominio de las transiciones en un “pis pas”. Algobia, como mediocentro defensivo, sacó el coche escoba para impedir el avance del Pozuelo mientras Santi García ponía el broche de oro con un “pepinazo” desde la frontal del área dirigido a toda la escuadra, 3-0.

¿Competir o formar? es un extenso debate en el fútbol de cantera que, si alguien ha visto hoy el partido, podría dilucidar que si se puede formar compitiendo, pues mucho mejor. El Getafe B, aunque siga teniendo la necesidad de jugar con las gafas progresivas que le permitan ver tanto de cerca como de lejos, con la victoria ante el Pozuelo ve más nítida la parte alta de la tabla que la zona roja de la clasificación. Aun así, la lectura del partido es la virtud de la Tercera División como una categoría de alto impacto en la formación de jugadores siempre que estos jueguen con intensidad, eficacia, ritmo y precisión.