F. PROMESAS 1-1 ALCALÁ | Maldición alcalaína

no va a guardar buen recuerdo el filial fuenlabreño esta temporada de Alcalá de Henares. Si el pasado domingo se dejó la imbatibilidad ante el Complutense, este domingo ante el otro equipo de la ciudad de la categoría, los de Sebas Martínez Pinillos se dejaron el liderato tras un empate. Un empate también maldito para los rojillos, que a cinco para el final vieron como Ñete le detenía un penalti a Álex Fernández que podía haber supuesto la victoria visitante.

Aunque ninguno de los dos equipos se marchó contento con el punto por lo anteriormente comentado, lo cierto fue que visto lo visto sobre el terreno de juego el empate fue justo. Salvo en el tramo final, que tuvo color visitante, sobre todo tras el subidón moral del empate, lo cierto fue que la igualdad fue la nota predominante del encuentro. Los cervantinos tenían y jugaban algo más el balón, pero el choque se desarrollaba en el centro del campo. Un partido condicionado por las fuertes rachas de viento, aunque curiosamente a los dos equipos se los vio mejor desenvueltos con el viento en contra.

Dentro del discreto partido, resultó mejor la segunda mitad que la primera. En el primer acto, poco o nada se veía sobre el césped. De hecho, en la primera acción reseñable del choque llegó el primer tanto. Todavía andaban tanteándose unos y otros, tratando de ver como afrontaban la dificultad añadida del viento, cuando un centro desde la izquierda que parecía sin más, desembocó en el 1-0. El balón colgado lo rechazaba la zaga visitante (que jugaba con el viento en contra). Pero el balón muerto que parecía que botaría sin más antes de que un jugador vestido de blanco lo sacara del área de un patadón, lo acabó cazando Sopale, que en el día de su debut, con un escorzo, batió a Degre.

El 1-0 se esperaba que fuera la chispa necesaria para avivar el fuego del partido, pero no fue así. El Fuenlabrada Promesas, porque como ya está demostrado esta temporada, estaba cómodo replegado con las dos líneas de cuatro atrás muy juntas, desaprovechando el factor viento a favor. Y el Alcalá porque fue un quiero y no puedo, que por momento comenzó a desesperar a los futbolistas visitantes, a pesar de quedar tanto partido por delante. No les salían las cosas a los de Jorge Martín de San Pablo, que no eran capaces de desbordar a la bien plantada defensa visitante, y apenas se asomaban al área. Y aunque lo intentaron Alan (con un disparo lejano)  y Malote (otra vez intentó el olímpico), fueron dos acciones aisladas, sin dar realmente sensación de peligro los alcalaínos. Como tampoco lo dieron los fuenlabreños, que, aunque si lograban acercarse más al área contraria, no lograban acertar con los centros para crear verdaderamente peligro.

El segundo tiempo comenzó sin novedades en ninguno de los dos equipos, aunque sí con otro aire (y nunca mejor dicho). De hecho, nada más salir de vestuarios, los locales lograron poner un centro casi desde la línea de fondo, al que por muy poquito no llegó Blanco para hacer el segundo.

Viendo que lo que le faltaba a su equipo era verticalidad arriba para sorprender a la zaga, Jorge Martin de San Pablo movió rápidamente ficha, sustituyendo a Favio por el juvenil Jaime, sumando un efectivo más al ataque el técnico toledano en lugar de su mediocentro defensivo. Toda una declaración de intenciones que le salió bien al preparador visitante, porque entonces sí su equipo dio un paso al frente. Sin arroyar tampoco al filial, pero dando un paso al frente y dando una mejor versión. Y sobre todo, logrando dar toda la sensación de peligro que no había logrado dar en todo el primer tiempo, pudiendo empatar Garci a los diez minutos de la reanudación, con un disparo que atrapó en dos veces Ñete por bajo.

Pero bien es sabido, que el dar un paso al frente ante el Fuenlabrada Promesas este año es un caramelo envenenado, puesto que el ganar metros sobre el césped permite que el filial pueda explotar su mejor arma: el contragolpe. Una versión en la que esta vez destacaron Amigó y Sopale. El primero generando la superioridad por su banda, tratando de finalizar el segundo las acciones de peligro generadas por su compañero, aunque sin lograr rematar entre los tres palos.

El partido mejoraba por momentos, y ganó en emoción cuando los visitantes lograron nivelar la contienda. A quince para el final, una acción a balón parado en la que Luis Enrique progresó con el balón, acabó con un balón para Jaime, que con una semichilena desde el interior del área, empató el encuentro.

El gol dio alas a los rojillos (que estrenaban la tercera equipación blanca), volcándose sin sufrir en su portería en búsqueda del triunfo. Y aunque Luis Enrique y Jaime gozaron de dos buenas ocasiones para hacer el segundo (sobre todo el canterano con un disparo cruzado que se marchó por muy poco), la mejor opción para los complutenses fue un riguroso penalti decretado por el siempre controvertido Carrascosa Vázquez, que en esa acción amonestó a tres jugadores del filial. La responsabilidad de lanzar la pena máxima que podría suponer la victoria, y con ello el romper la mala dinámica de las últimas jornadas la asumió Álex Fernández, que apenas llevaba cuatro minutos sobre el césped. Sin embargo, el nueve se topó con un gran Ñete, que le adivinó la intención, atrapando el balón por bajo, tirándose a su derecha.

Al final, aunque después del lanzamiento de penalti ambos equipos tuvieron aproximaciones con peligro, ninguno logró decantarlo a su favor, teniéndose que conformar ambos con un empate agridulce. Agridulce para el filial, que después de catorce jornadas como primer clasificado ve como le supera el Atlético B; y agridulce para un Alcalá que aunque recorta un punto con los puestos de play off, acumula ya siete jornadas sin ganar.