CANILLAS 2-1 SAN FERNANDO | Cielo e infierno

Las dos caras del deporte se juntaron en el CD Canillas, donde el equipo local alcanzó la gloria en forma de ascenso a Tercera división, categoría en la que militarán por segunda vez en su historia. Todo lo contrario le ocurre a un clásico de nuestra Tercera, como es el San Fernando, que encadena su segunda temporada consecutiva con descenso, y jugará en Primera Aficionados después de casi cincuenta años (su última temporada en dicha categoría fue en la 73-74).

Aunque el partido se puede considerar histórico, no tuvo mucho historia que contar. El partido era vital para ambos equipos, que lo afrontaron con mucha tensión, y mucho miedo, lo que deslució el espectáculo. La tensión se cortaba con un cuchillo, y apenas se veía fútbol. Los dos equipos tenían pánico a cometer un error, que esta vez si que podía ser definitivo. Parecía que ambos solo querían que pasara el tiempo, saber que ocurría en otros campos, y en consecuencia actuar. Las áreas parecían territorio prohibido, por lo que los dos porteros eran meros espectadores. Tanto, que antes de la pausa de hidratación del primer tiempo, tan solo tuvo que intervenir una vez. Fue Nacho Esteban, el portero sanfernandino, tras un disparo de Javi Ruiz en un centro al segundo palo, que el meta desvió a córner.

Tras la mencionada pausa de hidratación, comenzaron a llegar noticias de otros campos, lo que hacía esperar que ayudara a que el espectáculo mejorara (tampoco era muy difícil). Las noticias eran malas para el San Fernando, que oía como sus rivales por la salvación comenzaban a adelantarse en sus partidos, lo que le obligaba a ganar para salvarse, situación que se daría siempre que ganara. Pero o bien los futbolistas vestidos de negro no recibían las noticias, o bien eran incapaces de quitarse la tensión de las piernas, puesto que el partido no cambiaba nada. Tampoco por parte de un Canillas que, aunque lo tenía más fácil, tampoco podía relajarse.

Todo apuntaba al resultado gafas al descanso, cuando en tiempo de prolongación, Chengue protagonizó las dos jugadas que acabaron abriendo el marcador. Primero con un lanzamiento de falta directo a la escuadra, hacia donde voló Nacho Esteban para desviar a córner. Un córner que le mismo botó al segundo palo, y que la zaga no acertó a rechazar, lo que hizo que el balón le cayera de nuevo al diez. Y ésta vez sí que metió un centro preciso al segundo palo, para que Cristian saltase más que su par, y cruzando el balón con la testa, adelantara al Canillas en el marcador; acción con la que se llegó al descanso.

Tras el paso por vestuarios, el San Fernando salió mucho más metido y enchufado. A buen seguro que tras conocer el resto de resultados, los hombres de Jose Luis Quintana salieron a comerse al Canillas, y cuando había transcurrido menos de un minuto del segundo tiempo, ya habían logrado empatar el partido. Los visitantes sacaron de centro, y hasta cuatro hombres corrieron al área. El balón colgado lo despejó muy lejos la zaga local, tanto que el balón le cayó al portero Nacho Esteban. Éste volvió a pegarle en largo, para que cerca de la semiluna del área Chema peinara. El balón iba camino de asistir a Álex García, pero volvió a botar, incluso llegando a botar dos veces. Tras el segundo bote, el cuero impactó en el culo de Diego Campos, lo que acabó convirtiéndose en una asistencia de lujo. El balón cambió su trayectoria, cayéndole a un ratonero del área como Hugo Sánchez, que libre de marca desde el interior del área pequeña, cruzó el balón para hacer el 1-1.

El partido volvía a empezar, y solo podía hacer más que mejorar. Y aunque lo hizo, tampoco fue con grandes alardes. Se les notaba a ambos equipos que querían más que en el primer tiempo, pero que seguían jugando con el freno de mano echado. Esto no provocó que se vieran ocasiones claras de gol, pero al menos si se veían acercamientos. El Canillas lograba poner centros con bastante peligro, aunque sin encontrar un rematador. Por su parte, el San Fernando si lograba rematar, pero sus disparos se marchaban muy desviados, sin inquietar a la parroquia local.

A falta de diez minutos para el final, con la emoción en todo lo alto los hombres de Carlos Alejos desperdiciaron la mejor ocasión del partido. García Toro decretó penalti por mano dentro del área de Zapata, en un centro lateral por banda diestra, según se estaba dando la media vuelta. La responsabilidad de lanzarlo la asumió Tiago, que tras hacer una extraña paradinha con salto incluido, envió el balón directamente fuera, a la izquierda de un Nacho Esteban que se había vencido al lado contrario.

Se le venía el mundo encima al futbolista del Canillas, a pesar de que, eso sí, su equipo de momento seguía siendo equipo de Tercera al ir perdiendo la Concepción, ante un San Fernando que tenía que ganar sí o sí para evitar un trágico descenso. Pero el equipo de Jose Luis Quintana era un quiero y no puedo, y no lograba superar la férrea defensa local.

Y como en el primer tiempo, en el primer minuto de la prolongación, el Canillas tuvo una falta directa cerca de la semiluna del área para anotar. Con Chengue ya sustituido por agotamiento, el encargado de lanzarla fue Alan, que la coló a media altura, junto al palo diestro de Nacho Esteban, que aunque se tiró, nada pudo hacer para evitar el tanto.

En ese momento, el Iturbide explotó, saltando yéndose todo el Canillas a celebrarlo al córner, saltando también todos integrantes del banquillo, a pesar de estar justo en la diagonal contraria. Todo ello provocó enfrentamientos entre unos y otros, siendo expulsados futbolistas de los dos equipos. Además, como se encendió un bote de humo desde la grada, el juego tardó en reanudarse casi diez minutos. Una reanudación, en la cual todavía hubo tiempo para otra expulsión en las filas visitantes, fruto más de la desesperación y la rabia del descenso que otra cosa.

Al final, sin que nada más futbolístico pasara sobre el césped, el partido concluyo con el consabido 2-1, que otorga la gloria al Canillas, y condena al San Fernando a Primera Regional.