ALCALÁ 2-2 GETAFE B | Atenazados

dos de los equipos que a buen seguro entraban en las quinielas de muchos a inicio de temporada para la zona noble, se veían las caras en El Val. El Alcalá recibía al Getafe B, un partido que hace no tantos años se solía ver en la extinta Segunda B, y que hacía poner el foco en él.

No estuvieron a la altura de las expectativas ninguno de los dos equipos, que no atraviesan su mejor momento precisamente. Ni por dinámica, ni sobre todo en lo clasificatorio, puesto que con el paso de las jornadas se van alejando de la zona noble, que tras este empate, ven dos puntos más lejos. Además, el partido no pudo empezar de peor manera, puesto que todavía no había transcurrido el primer minuto, cuando Izan tenía que retirarse lesionado. Una situación que no es nueva para los rojillos, que en tres de sus últimos cuatro partidos en casa han tenido que realizar una sustitución.

Reanudado el juego después de atender y sustituir al jugador local, comenzaron los llamados minutos de tanteo, que se prolongaron en exceso. Ninguno de los dos equipos lograba hacerse con la manija, ni lograba dar un paso al frente. Ambos trataban de jugar el balón desde atrás, sin prisas, y también sin verticalidad. Y sobre todo, sin jugar el esférico en la zona de peligro, lo que hacía que ninguno de los dos sufriera ni creara peligro de cara al marco contrario.

Un partido deslucido, de esos que o bien se rompen por una genialidad individual, o bien por una acción a balón parado. Y así fue. A punto de llegar el minuto veinte, en el primer córner del partido, Malote colgó un gran balón al primer palo, por donde saltó más que nadie Dani Ponce para adelantar a los suyos.

El gol parecía que sería la chispa necesaria para que se encendiera el fuego del partido. Sin embargo, no fue así. Si es cierto que se vio algo más de fútbol, pero sin ser tampoco un gran espectáculo. El Getafe B gano unos metros sobre el césped, y tenía algo más el balón, pero sin mordiente ninguna. Camacho y Diego hacían daño por dentro a la zaga, pero no lograban dar el último pase, ni conectar con los hombres de arriba; aunque Santi rozó el gol con un balón picado que se marchó rozando el poste.

Apenas pasaba nada sobre el césped, cuando cumplida la media hora de encuentro, el filial cazó a los cervantinos en una contra para nivelar el marcador. Tras una acción a balón parado en la que subieron a rematar los centrales, los de Iván Ruiz aprovecharon el hueco creado atrás para empatar. Desde la banda diestra centro Pablo, muy pasado, probablemente acuciado por las prisas de que no llegaran a bajar los zagueros alcalaínos. Parecía que podía ser un balón perdido sin más, pero Diego no perdió la fe. El ex del Torrejón se tiró como último recurso a ver si por el impuso podría llegar a tocar el esférico, y con ello desviar el cuero, a dónde no pudiera llegar Degre, como así acabó ocurriendo.

En la segunda mitad, el partido fue a peor. Aunque pudo cambiar con un remate de Ángel desde la frontal nada más empezar. Sin embargo, Álvaro López tocó lo justo para que se desviara a córner, en el que Malote buscó el olímpico, atrapando Nikolov sin problemas.

Viendo que la cosa no mejoraba, el técnico visitante introdujo rápidamente un doble cambio (hombre por hombre), que tampoco surgió efecto. Ninguno de los dos equipos lograba progresar en zona de peligro con el balón, y éste parecía comenzar a quemarles. Poco a poco, el ver que no les salían las cosas, comenzó a atenazar a jugadores de uno y otro equipo, haciendo llegar los nervios al banquillo visitante en el que Iván Ruiz se desesperaba con los suyos. Lo mismo ocurría con una parte de la afición local, que inició unas tímidas protestas y pitos tras un error en un despeje que por muy poco no transformó Santi en el 1-2. Poco después lo intentaron en dos acciones aisladas Álex Fernández y Ángel para los locales, sin éxito.

Y cuando todo apuntaba a que el partido acabaría con más pena que gloria para ambos, con el 1-1, llegaron dos minutos frenéticos en el que se vieron otros dos goles. El primero en anotar fue el filial, a un minuto para el final del tiempo reglamentario. De nuevo un balón colgado que parecía sin más, lo rescató Revuelta casi sobre la línea de fondo en el interior del área. El balón fue al segundo palo, por donde se tiró también a la desesperada Iván Sánchez, que logró adelantar a los suyos tras tocar el balón en Degre y el palo.

Dado el mal partido, todo hacía indicar que los getafenses se llevarían los tres puntos. Pero ete aquí que apareció la raza de Garci (portador del brazalete ante la ausencia de Huelves), para evitar la derrota de los suyos. Cuando parte de la grada comenzaba a levantarse para marcharse y protestar ante la mala situación de los suyos, tras una jugada larga en ataque por la banda diestra, el extremo recibió el balón desde la línea de fondo de Alonso, para cruzar inapelable para Nikolov.

Quedaban los cinco minutos de prolongación que había dado Alonso Campos, y el Alcalá recobró la fe. Impulsados por el chute moral del empate, los de Jorge Martín de San Pablo dieron un paso al frente, pero con más corazón e intención, que cabeza y fútbol. A base de garra y empuje los cervantinos buscaron un nuevo gol que supusiera puntos en el descuento como en jornadas anteriores, que no llegó, finalizando así el partido con un justo empate, en una mala mañana de fútbol.