TRIVAL 3-3 CARABANCHEL | Lo bueno llegó en la segunda parte

Quien no tuviera en la paciencia su mayor virtud se habría marchado hoy de La Canaleja en el descanso. Y es que los primeros cuarenta y cinco minutos del partido aplazado de la jornada 22 entre Trival Valderas y Real Carabanchel fueron, de cara al espectador, soporíferos. Los entrenadores, imaginamos, sacarían sus claras conclusiones.

Por lo que se refiere a lo visto sobre el tapiz de La Canaleja, la primera parte fue más bien sosa, con pocas ocasiones que, además, llegaron al final, con un equipo local más desubicado ante un Real Carabanchel más entonado y efectivo en la presión y en el robo del balón. Un primer aviso del Trival, en los primeros compases de encuentro, con un centro desde la banda izquierda a la que no llegó nadie, hacía presagiar lo que no se produjo.

Las oportunidades de peligro llegaron cuando el primer periodo estaba a punto de expirar. Un disparo de Fabre, en el minuto 44, que atrapaba, tras rebotar en un defensor visitante, Molina, era respondido, un minuto más tarde, con una internada de Raúl en el área local, cruzando el balón fuera.

Tras el descanso, como queriendo resarcir la ausencia de buen juego y de goles, el destino del partido cambió y, al menos, se vieron goles, seis en total. El Trival buscó adelantarse en el minuto 48, con un pase de Del Pino desde la banda zurda, que despejó la defensa carabanchelera en dos tiempos, enviando a corner.

Una ocasión que hacía presagiar el dominio trivaleño, que no fue así. En apenas tres minutos, el Real Carabanchel hizo dos tantos que pareció dejar KO al equipo de David Galán. En el minuto 58, en un lanzamiento de falta, Iván Leán alojaba el cuero junto al palo izquierdo de su propia portería tras la falta botada por Valli, haciendo el primero para los visitantes, y en el 61 era Edu Río quien atrapaba un balón rechazado en la frontal del área y lo enviaba dentro de la red local.

El Trival parecía estar muerto o sentenciado deportivamente pero nada más lejos de la realidad. Los de David Galán despertaron gracias a ese varapalo y antes del minuto 80 ya habían recortado distancias, concretamente en el 70, con un tanto de David López, resolviendo con eficacia dentro del área, y con un doble aviso de Miguel Ángel dentro del área, yendo su primer intento a córner y el segundo fuera.

Fue el aviso del empate, que conseguía Del Pino dentro del área, aprovechando la salida de Molina.

Y cuando todo parecía escrito y firmado para el empate, el tiempo de descuento depararía dos sorpresas, en forma de goles. El primero, el de la remontada trivaleña, con el consiguiente éxtasis en la grada y banquillo locales, lo obtenía en el minuto 91 Miguel Ángel con un magistral lanzamiento de falta, a escasos cuatro metros de la frontal del área, algo escorado hacia la izquierda, sin que pudiera hacer nada Molina.

Pero, como se suele decir, la alegría dura poco en la casa del pobre y un minuto más tarde, en una contra visitante, Óscar era derribado dentro del área alcorconera y Conde Clemente señalaba la pena máxima que ejecutaba, desde los once metros, Steven. Allí moriría el partido.