TORREJÓN 0-1 NAVALCARNERO | Lo que decía la lógica que no el césped

nueva victoria del Navalcarnero, que le da el título honorífico de campeón de invierno. Un triunfo, que entraba dentro de la lógica, viendo los números. El cuadro rojiblanco es líder destacado, y no sabe todavía lo que es perder como visitante. Enfrente, el Torrejón, penúltimo, todavía no sabe lo que es ganar en Las Veredillas, por lo que todo parecía cantado.

Pero la realidad sobre el césped fue muy distinta. El cuadro de Joselu mereció mucha mejor suerte, sobre todo en la primera mitad. Los franjiblancos, con muchos cambios en el once, dominaron el choque, sobre todo en una primera mitad en la que merecieron mucha mejor suerte. Pero una vez más, los torrejoneros volvieron a pecar de falta de gol, lo que les tiene hundidos en la clasificación. Enfrente, el Navalcarnero no se descompuso en ningún momento, sabiendo sufrir y esperando su oportunidad, sabiendo que acabaría llegando.

Tácticamente, los dos equipos formaron de forma prácticamente calcada. Tanto Luis Ayllón como Joselu, apostaron por un 4-4-2, con uno de sus puntas más avanzado que el otro. En en caso de los locales, la punta de lanza fue para Esaú, viéndose escoltado por Garci; mientras que en los navalcarnereños Jesús de Miguel (que de inicio no iba a jugar, pero acabó entrando por lesión de Borona en el calentamiento) formaba por detrás de Esnaider.

Como decimos, la primera mitad tuvo color únicamente torrejonero. Con el control del balón, y jugándolo con calidad y criterio, el Torrejón metió en su campo al cuadro visitante. No es que fuera un asedio, ni que el Navalcarnero decidiera meterse muy atrás; pero sí que es verdad que el partido se desarrollaba en la mitad del terreno de juego en la que defendía el líder. Un líder, que como decimos, sabía sufrir, puesto que los de Joselu lo intentaban una y otra vez, aunque lo cierto es que no lograban finalizar. Y cuando lo hacían, la mayoría de ocasiones se les marchaban al limbo, aunque fuera por poco. Tan solo una vez Néstor tuvo que intervenir de mérito, en un cabezazo de Garci a media altura junto al palo, que acabó repeliendo a córner. La madera también le jugó una mala pasada a Izan (el mejor de los locales), que tras ver como rozaba el gol en tres oportunidades, vio como el poste le quitaba lo que iba camino de convertirse en un golazo. Enfrente, el Navalcarnero se asomó tan solo una vez al marco de Nacho Gil; en una falta directa lanzada por David Rodríguez que se marchó rozando el palo.

El segundo tiempo fue harina de otro costal. Los visitantes apretaron los machos, y recuperaron posesión de balón, no dejando avanzar al Torrejón, demostrando mucho saber estar. El juego se equilibró (para mal), pasándose a jugar en el centro del campo. Además, el viento comenzó a hacer acto de presencia, lo que comenzó a dificultar la circulación del balón. Las ocasiones de gol brillaban por su ausencia, y los dos cancerberos solo tenían que intervenir bien para sacar de puerta; o bien para botar alguna de las innumerables faltas que pitaba Contreras Patiño, que en cada choque y disputa pitaba falta.

Todo apuntaba al 0-0 final, hasta que la llamada suerte del campeón hizo acto de presencia. Faltaban catorce minutos para el final, cuando tras un saque de banda cerca del área, Jesús de Miguel recibió el balón de espaldas a portería. El ex del Adarve controló, avanzó levemente, se dio mediavuelta, y disparó raso al segundo palo, a donde no podía llegar el meta torrejonero.

Tras el gol, el Torrejón trató de volcarse con más corazón que cabeza y fútbol. Los de Joselu trataban de avanzar metros a base de empuje, pero se toparon con un Navalcarnero muy serio, que no concedía nada, a lo que había que sumar el factor viento, que soplaba en su contra. Por su parte, los visitantes trataban más de cortar el ritmo y hacer que se jugara lo menos posible, para evitar sufrimientos y que les volaran dos puntos.

Pero no fue así, y el Navalcarnero obtuvo una nueva victoria fuera de casa, que unido a los tropiezos de Trival y Adarve, le da el campeonato de invierno; y sobre todo un colchón de nueve puntos con respecto al segundo clasificado.