Diecisiete partidos (ni una vuelta completa) ha durado el periplo de Josico Moreno como entrenador del San Sebastián de los Reyes. El técnico de Hellín, que llegó a afirmar que les sobrarían puntos para lograr la permanencia, no ha sido capaz de revertir la difícil situación del Sanse, que salvo milagro, se está despidiendo este curso de la Segunda B.
El ya ex técnico franjirrojo llegó el pasado ocho de Noviembre al banquillo de Matapiñonera. Exactamente, su etapa como sansero ha durando cuatro meses, en los que ha sumado tan solo doce puntos, cifra completamente insuficiente para tratar de luchar por la permanencia. Unos guarismos muy similares a los que obtuvo Manolo Cano (0,63 puntos por partido del técnico andaluz por el 0,70 del manchego), a los que hay que añadir el histórico partido de Copa del Rey frente al Espanyol. Todo ello ha derivado en que el Sanse esté hundido en la clasificación, a quince puntos de la permanencia, con tan solo treinta por disputarse.
El encargado de cerrar la temporada, y “de comerse el marrón” del descenso como se suele decir vulgarmente será un hombre de la casa. Y no un cualquiera precisamente, puesto que asume la dirección del banquillo el mítico Miguel Ángel Marín, junto con Miguel Ángel Lobo; debutando de este modo ambos en la categoría de bronce. Hace un par de semanas, cobró fuerza el nombre de Antonio Iriondo, con la idea de que fuese el técnico también la próxima temporada, pero en los últimos días la rumorología acerca el nombre del técnico ruso de nuevo al Rayo Majadahonda.
De este modo, Marín se estrenará al frente del primer equipo del club de sus amores (ya antes estuvo a punto de ascender al Sanse B a Tercera hace tres temporadas) desde este domingo, debutando frente al Melilla. La salvación parece una utopía, puesto que los sanseros deberían sumar veintisiete de los treinta puntos en disputa; pero a buen seguro por ilusión del nuevo entrenador franjirrojo no será.
