SALAMANCA 1-0 MÓSTOLES | Morir en la orilla

El Móstoles URJC debutó en la segunda RFEF con una dolorosa derrota ante uno de los favoritos de la categoría: el Salamanca. Los madrileños jugaron un partido más que correcto atrás, aguantaron los empujones de los locales la mayor parte del encuentro, pero en un descuido (el único en noventa y pico minutos) los salmantinos encontraron el espacio para desnivelar la balanza cuando ya casi no quedaba ni tiempo para la reacción. A los rojillos les falto fortuna, tuvieron el 0-1 poco antes del gol local, y una pizca de ambición para incomodar arriba cuando el partido tuvo color madrileño. Pese a todo buenas sensaciones para arrancar en un proyecto novedoso.

Los salmantinos, como corresponde a uno de los favoritos al ascenso, salieron mandando. Tuvieron más balón, combinaron intentando aprovechar las dimensiones de El Helmántico pero sin crear ocasiones de peligro en la meta de Otero porque los mostoleños mostraron oficio y supieron plantarse en defensa para evitar sustos. Con el paso de los minutos las llegadas de los locales se fueron espaciando porque los madrileños se hicieron con el balón. Cierto que sin llegar al área rival pero el campo parecía haberse inclinado del lado de los albinegros y los azules se sentían más cómodos. Es un axioma, si el contrario no tiene el balón no puede hacerte gol (Cruyff) y así los rojillos consumieron la primera mitad sin pasar grandes apuros salvo una jugada a balón parado con remate de Diego que atrapó bien Otero.

Volvieron los salmantinos a tomar el mando a la vuelta del descanso y esta vez sí que tuvieron en el arranque la opción de abrir el marcador, sin embargo, la falta botada por David Segura se topó con un inspirado Otero que se tenía que mostrar activo para mantener incólume su portería. Respondió Ledesma con un disparo que se le marchó alto pero ahora sí los madrileños tenían problemas de verdad. Porque, con menos futbol pero más intensidad, el Salamanca empujaba, mordía en la recuperación y apenas dejaba opciones de controlar el juego a los medios visitantes que bastante tenían con apoyar a su defensa. Era crucial aguantar el previsible chaparrón. Para ello Víctor González echó mano del banco para intentar controlar el medio campo y alejar de su área a los locales. Lo hizo momentaneamente.

Pero el fútbol es un deporte curioso, cuando mejor estaba el Móstoles e incluso la tuvo Guito para el 0-1 con un disparo que se le fue alto en inmejorable posición, llegó el gol local. Cuando menos apretaban los albinegros, por cierto. Un descuido en la transición o una genialidad del rival (elijan), un pequeño desajuste (uno) atrás permite un pase de Manín que deja solo a Ibán ante Otero y le bate de disparo cruzado. Los mostoleños quisieron equilibrar el marcador a las bravas pero  ya no hubo tiempo, al final un chispazo de calidad definió el partido.