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primera derrota del curso del Navalcarnero. El cuadro de Luis Ayllón vio como el Castilla le remontaba el partido en apenas cuatro minutos, con tres goles de cabeza.

Ninguno de los dos entrenadores sorprendió con sus alineaciones ni su sistema inicial. Raúl apostó por su clásico 4-3-3, con Hugo Duro más adelantado que sus compañeros de ataque, pero sin fijar a los centrales. Por su parte, Ayllón plantó su clásico 4-4-2, con las dos líneas de cuatro muy juntas. Tanto a la hora de atacar, como a la hora de defender. Y con la línea defensiva adelantada cuando tocaba atacar.

El partido fue de tú a tú. Ninguno de los dos sometió al contrario en el primer tiempo, ni monopolizó la posesión del balón. Si es cierto que el Navalcarnero jugaba más directo, pero sin recurrir al pelotazo o a balones largos. El filial amasaba más el balón, pero también era menos incisivo. Y aunque nada más arrancar el partido pudieron adelantarse por mediación de Arribas y un casi autogol de Esnaider, lo cierto era que las opciones de los visitantes eran más clara. Y es que los rojiblancos desperdiciaron dos mano a mano muy claros que desde la expedición navalcarnereña más de uno celebró antes de tiempo. Y es que tanto Gonzalo Saiz como Ramón Blázquez remataron sin oposición dentro del área contra Luis López. Esas que desde la grada decimos que es más fácil meterlas que fallarlas, pero lo cierto es que sendos remates se marcharon directamente fuera.

El segundo tiempo comenzó con un cambio en las filas locales. Raúl retiró a Hugo Vallejo por César, intercambiando la posición con Dotor que en el segundo tiempo pasó a la banda diestra. Y ya fuera por el cambió o no, lo cierto es que el choque cambió. El Castilla salió más decidido, adueñándose del balón, y empujando en su campo a un Navalcarnero que no sufría. Y aunque el cuento pudo cambiar muy pronto, con un disparo desde fuera del área de Blanco que repelió con la espalda Fratelli, lo cierto era que aunque los merenges merodeaban el área y jugaban en campo rival, no daba la sensación de que el Navalcarnero pudiera encajar su primer gol del curso.

Con el paso de los minutos, los visitantes se sacudieron el dominio madridista. Aunque los blancos seguían monopolizando el balón, era una posesión estática, en horizontal, sin nada de profundidad, como en los tiempos de Solari. Es más, el Navalcarnero solo asomaba la cabeza al contragolpe, a cuenta gotas, pero dando sensación real de ser capaz de marcar en sus acercamientos.

Y así ocurrió al cumplir la hora de partido. Tras presionar el intento de salida del balón de César por el perfil diestro, Calarge (que fue el que inició esa presión inicial) centró casi desde la línea de fondo al segundo palo. Por allí apareció sin oposición Gonzalo Saiz, que según le vino, mandó el balón al fondo de la portería.

Por delante en el marcador, Ayllón comenzó a mover el banquillo. Introdujo a David Rodríguez y Monteagudo, por Esnaider y el único amonestado hasta ese momento Alonso. La idea era clara, contener más que atacar, aunque Monteagudo más que incrustarse en el centro del campo, actuaba de mediapunta. Y con ello, consiguió tener más balón el técnico rojiblanco, ante un Castilla que comenzaba a desesperarse. Los de Raúl tenían más prisas que fútbol, y aunque el técnico blanco trató de revolucionar a los suyos con los cambios, lo cierto es que el juego no variaba. Aunque los blancos tenían más balón, la posesión ya estaba más discutida. Y sobre todo, los visitantes eran un muro infranqueable para los locales, que se veían incapaces de superar las dos líneas de cuatro y cinco que plantaban los visitantes en torno a la frontal del área en cuanto el filial atacaba.

Todo pintaba de color de rosas para el Navalcarnero, hasta que a quince para el final, Fratellli vio una rigurosa segunda amarilla que dejó al cuadro visitante con diez. Una inferioridad numérica que mató a los visitantes, que pasaron de no encajar ningún gol en lo que llevamos de curso, a ver perforada su portería tres veces en apenas cuatro minutos. Y los tres goles además, con la testa. El del empate, fue de Hugo Duro tras un centro de Blanco desde la diestra. Los otros dos, llegaron en sendas faltas laterales (una por cada costado). Guillem colgó los balones al área chica, donde primero Gila puso por delante a los madridistas; y dos minutos después Dotor sentenció el partido.

Con 3-1 el partido murió. El Navalcarnero bajó los brazos y el Castilla no quiso hacer más sangre de un líder, que a expensas del resultado del Majadahonda, podría dejar de serlo. Todo lo contrario le puede ocurrir a un Castilla que este miércoles recuperará el partido pendiente frente al Atlético Baleares, lo que podría encumbrarle en la

REAL MADRID CASTILLA Luis López; Guillem, Santos, Gilá (Sintes 88’), Miguel (Revuelta 68’); Blanco (A), Arribas, Morante (Peter 68’); Hugo Vallejo (César 46’), Hugo Duro (Salazar 84’) y Dotor.
NAVALCARNERO
Aitor; Víctor Calarge, Manu Jaimez, Luis Fratelli (AA 76’), Álex Alonso; Ramón Blázquez (Dani del Moral 72’) (A), Alberto Alonso (A) (David Rodríguez 67’), Mario (Cano 78’) Gonzalo Saiz (Fran Pérez 72’); Esnaider (Monteagudo 67’) y Jesús de Miguel.
GOLES 0-1 Gonzalo Saiz (61’); 1-1 Hugo Duro (78’); 2-1 Gilá (80’); 3-1 Dotor (82’).
ÁRBITRO Pozueta Rodríguez, colegio cántabro. Expulsó al preparador físico visitante, Joaquín Cerdá.
INCIDENCIAS Ciudad Deportiva Real Madrid, campo 7. Partido a puerta cerrada.

 

Los Importantes 2020/2021
RM CASTILLA
NAVALCARNERO
3. 3. Calarge
2. Blanco 2. Gonzalo Saiz
1. Gila 1. Manu Jaimez
E: Raúl González Blanco 2 E: Luis Ayllón 3
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