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con la miel en los labios se quedó el Castilla en su primer partido de la segunda fase. El filial blanco, que contuvo al Extremadura todo el segundo tiempo con uno menos, vio como en una acción a balón parado se le iban dos puntos a dos minutos para el final; dejando prácticamente en nada su ejercicio de supervivencia.

De inicio ambos entrenadores calcaron sus sistemas: el otrora clásico 4-4-2, tan habitual cuando ambos técnicos jugaban en la élite. La diferencia residía en que el planteamiento de Mosquera era más para frenar el ímpetu blanco que la de buscar la portería contraria. Las dos líneas de cuatro foráneas estaban muy juntas, con Rubén Mesa y Kike Márquez muy lejos de sus compañeros, para tratar de su equipo no se metiera muy atrás. Enfrente el Castilla tenía más el balón, pero no lograba moverlo con rapidez ni fluidez. Los mirlos blancos eran incapaces de sorprender al ordenado equipo extremeño, que se mostraba como un equipo muy sólido.

En lo que también coincidieron ambos equipos, fue en lo de evitar el fútbol directo. Sin abusar del juego en horizontal, trataban siempre de jugar el balón, sin que les entraran las prisas a la hora de buscar a los puntas. Si trataba el filial de filtrar balones entre líneas, buscando la mayor velocidad de sus puntas con respecto a los zagueros visitantes, pero siempre con el balón raseado. El juego aéreo apenas existía, al igual que las ocasiones de gol, que brillaban por su ausencia.

Y como quiera no ninguno de los dos equipos era capaz de llegar a portería con el balón corrido, los acercamientos con peligro tuvieron que venir a balón parado, aunque sin que ambos porteros tuvieran que intervenir salvo en un par de ocasiones. El primero fue el meta local Toni Fuidas, en un lanzamiento de falta directo de Elías cerca de la frontal del área. Enfrente, Casto tuvo que esforzarse para no quedar retratado, puesto que un despeje de Pablo Ramón sobre el círculo central, a punto estuvo de convertirse en uno de los goles de la jornada, puesto que el meta al estar adelantado, tuvo que retrasar su posición para despejar sobre la línea. Por lo demás, el resto de acciones (pocas) se marcharon directamente fuera, sin que ninguno de los banquillos tan siquiera gritara “uy”.

El segundo tiempo comenzó como terminó el primero, pero pronto ocurrió la acción que condicionó el resto del partido. Miguel vio la segunda cartulina amarilla por una entrada en el centro del campo, lo que dejó al Castilla con diez. Fue entonces, cuando a Raúl le entró el miedo, y rápidamente hizo una sustitución, y sobre todo, mutó su esquema y su idea. Retiró a uno de sus puntas, Hugo Duro, para dar entrada a Gila. Con ello no solo perdieron los blancos un efectivo en ataque, sino que pasaron a jugar con cinco atrás.

Un planteamiento sorprendente, pero que le salió bien al técnico del filial, que aunque pensaba más en protegerse y en retener el balón que en buscar la portería contraria, pronto lograron adelantarse en el marcador. No se había cumplido la hora de partido, cuando un balón largo de Toni Fuidas lo bajó por el perfil diestro Marvin. Éste tocó para Latasa, que tras recibir, amagó en un par de ocasiones con el disparo según iba avanzando con el cuero cerca de la frontal del área. A la tercera el delantero remató, y con un disparo raso, cruzado y ajustado al segundo palo, adelantó a los suyos en el marcador.

Con el Castilla por delante en el marcador, el panorama cambió. Manuel Mosquera comenzó a mover el banquillo, sacando todo el potencial ofensivo disponible. Pero sobre todo lo que cambió fue el desarrollo del juego. El cuadro de Almendralejo se adueñó del esférico, y ganó muchos metros sobre el césped, embotellando al filial en su campo. El partido se jugaba en la parte del campo en la que defendían todos los jugadores blancos. A la línea de cinco sobre la frontal del área, se sumó la de tres del centro del campo apenas un par de metros por delante, quedando Latasa como un islote sobre el círculo central, para contener el avance de la zaga visitante.

Con esta nueva disposición, de inicio lo pasó mal el cuadro merengue. A los de Raúl les tocaba achicar agua, algo a lo que no están acostumbrados y se notó. Sin embargo, con el paso de los minutos, y sobre todo ante la falta de claridad de ideas del Extremadura, los mirlos blancos fueron creciendo y sacudiéndose el dominio del equipo extremeño, que no era capaz de crear peligro. Y viendo los de Mosquera que no eran capaces de derribar el muro blanco, comenzaron a tirar desde lejos, también sin éxito. Es más, las dos opciones más claras fueron para los madrileños, en dos saques de esquinas consecutivos en los que Peter buscó el olímpico; topándose con Casto las dos veces.

Y cuando todo apuntaba a un muy meritorio triunfo blanco, a dos minutos para el final Elías botó una falta al punto de penalti, donde apareció Kike Márquez para nivelar la contienda. El capitán visitante remató de lado, sin dejarla caer, calando el esférico por debajo del meta Toni Fuidias.

Un palo, al que sin embargo el Castilla respondió bien, puesto que lejos de venirse abajo, los de Raúl salieron de la cueva, e incluso rozaron el 2-1, con un disparo de Hugo Vallejo que sacó la defensa sobre la línea.

En definitiva, un justo reparto de puntos para empezar la segunda parte de la temporada, en búsqueda del play off hacia Segunda División.

 

REAL MADRID CASTILLA Toni Fuidas; Santos, Pablo Ramón, Chust, Miguel (AA 49’); Marvin (Peter 71’), Blanco (A), Dotor, Hugo Vallejo; Latasa (Morante 85’) y Hugo Duro (Gilá 53’).
EXTREMADURA
Casto; Saúl, Fran Cruz, Dani Pérez, Enmanuel (A) (Jilmar 78’); Nico Hidalgo, Toribio (A), Elías (A) (Lele 60’), Pastrana (Nando Copete 69’); Rubén Mesa y Kike Márquez.
GOLES 1-0 Latasa (59’); 1-1 Kike Márquez (88’).
ÁRBITRO Palencia Caballero, colegio vasco.
INCIDENCIAS Ciudad Deportiva Real Madrid, campo 7. Partido a puerta cerrada.
Los Importantes 2020/2021
RM CASTILLA
3.
2. Marvin
1. Latasa
E: Raúl González 2
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