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el Alfredo Di Stefano nos ofrecía un partido entre dos equipos marcados por la irregularidad. El Castilla, que venía de una notable mejora de juego en su último empate ante el líder y el Oviedo B, que no ganaba desde el derbi en Gijón y que llevaba una temporada llena de altibajos en su juego.

Sobre el papel se intuía un partido igualado entre dos equipos empatados a puntos en el centro de la tabla, donde serían importantes los primeros minutos ya que, en los últimos partidos del Castilla era costumbre la intensidad y los goles tempraneros.

El partido empezó con ritmo, la presión intensa de ambos equipos provocaba pérdidas e impresiones en el centro del campo lo que no nos mostraba un dominador claro. El Castilla lo intentaba con disparos desde fuera del área y con balones aéreos a Pedro, de nuevo el pivote arriba al que buscaban los blancos para generar segundas jugadas. El Oviedo, por su parte, trataba de volcar su juego por los laterales buscando continuamente a Villacañas y a Alarcón como base de la búsqueda del juego ofensivo de los asturianos que formaban hoy en Valdebebas con solo tres defensas.

Tras unos primeros minutos de igualdad, en el dieciséis apareció Jordi, que había sorprendido con su entrada en el equipo y con su llamada desde el juvenil. El madrileño aprovechó su oportunidad y filtró un pase entre líneas a Pedro que cruzaba ante el portero y marcaba el primero para los blancos.

El gol no cambió demasiado el partido, el Oviedo B trataba de salir con el balón, pero las imprecisiones de los asturianos eran continuas, quizá por la excesiva velocidad con la que el balón votaba sobre el césped. Los asturianos tuvieron su ocasión con una buena llegada desde la derecha de Villacañas que Mier desde la frontal mandaba por encima de la portería. El Castilla buscaba aprovechar los espacios que dejaba el Oviedo atrás mientras que los asturianos buscaban la habilidad de Viti para crear ocasiones.

La segunda parte tuvo un protagonista inesperado en su inicio, la bonita puesta del sol que pudimos ver sobre el estadio no agradó tanto a Villacañas que en un centro desde la derecha, desaprovecharía un remate franco para el Oviedo B influido, probablemente, por la mala visión. Ya se estaba escondiendo el sol, cuando Fidalgo inició su recital. El capitán blanco se hizo con el control de la segunda parte, dando otro ritmo a su equipo.

En el cincuenta y tres Feuillassier aprovechó su gran virtud, encaró desde la banda, recortó a varios defensas y provocó el penalti que Fidalgo se encargaría de transformar. Parecía que, por fin, el Castilla volvería a ganar tras cinco partidos sin hacerlo.

El segundo gol puso el partido cuesta arriba para el Oviedo que lo intentaba, pero no conseguía tener ocasiones claras en la segunda parte. La intensidad blanca no bajó y el partido entró en una dinámica lenta donde vimos continuos parones y donde los cambios de los asturianos no lograban causar daño a una defensa blanca, que hoy si que estuvo a la altura del partido.

Finalmente, merecida victoria del Castilla que aguantó el arreón final del Oviedo sin demasiado sufrimiento y que disfrutó de una victoria tranquilizadora, que cerraba así, la buena dinámica vista en sus últimos partidos.

REAL MADRID CASTILLA
Belman, Guillem, De la Fuente, Javi Hernández, Fran García, Martín, Fidalgo, César (Marvin, 68’), Feuillassier (Baeza, 72’), Jordi (Blanco, 61’) y Pedro.
OVIEDO VETUSTA
Jaume Valens, Jorge Mier, José Martínez, Ugarte (A), Pierre, Tarsi (A), Alarcón, Javi Mier (Lorea, 78’), Viti (A) (Steven, 62’), Villacañas (Vanderson, 62’) y Javi Cueto.
GOLES 1-0 Pedro (17′); 2-0 Fidalgo (penalti) (54′).
ÁRBITRO Etayo Herrera, colegio vasco.
INCIDENCIAS Alfredo di Stéfano, unos 600 espectadores
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