POBLENSE 2-2 RM CASTILLA | Un hueso inesperado

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o hay rival pequeño, ya saben. Suele ser verdad, especialmente cuando se bajan las categorías. En menos de 24 horas el Madrid se ha visto sorprendido por el Alavés y casi, casi por el Poblense. Digamos la verdad, nadie habría apostado un euro a la victoria de ninguno de los dos, pero, pero…. Y menos mal porque si se tiene en cuenta que uno de los mejores en el equipo de Raúl González fue su portero (no por número de paradas, sino por su trascendencia) quizá entendamos el partido tan complicado al que hicieron frente los blancos.  También conviene apuntar que los encuentros empiezan cuando pita el colegiado que luego cuesta levantar los resultados.

El arranque del Castilla fue perezoso. Sin tensión, sin presión, sin intensidad; como el que espera que alguien venga a recordarte que el despertador ha sonado hace rato. Lo aprovechó el Poblense para pillar con las legañas a los blancos y adelantarse tras una jugada sencilla a la que los madridistas opusieron sólo la mirada. Aitor ponía a los mallorquines por delante. El gol definió un partido que se preveía antes: pelota para el Madrid y los azulgranas a esperar a la contra pendientes de lo que pudiera inventar Dani Benítez, un futbolista con todas las letras.

El Madrid se hizo con la pelota pero sin generar dudas al entramado defensivo local al que ayudaba un campo bastante blando. El empeño en batallas contra el mundo de Hugo Duro apuntaba algo más pero las ocasiones no llegaban. De hecho si no media el portero madridista con una parada brutal a cabezazo de Miki el segundo de los locales hubiera subido al marcador. Acto seguido Arribas ponía en el palo de Poblense una falta, otra vez cobrada por el trabajo de Hugo. El Castilla encontraba, acaso tarde, el guión a seguir y apretaba a un equipo que se veía (por fin) exigido y respondía con oficio parando el partido a través de recuperar la pelota. Así alcanzaba el descanso con ventaja local.

El Madrid salió mucho más intenso, presionaba arriba y recuperaba antes la pelota aunque le seguía costando hilar las jugadas para llegar con claridad a generar ocasiones de gol. La solución dispuesta por el mister castillista fue poner en juego todo el poder ofensivo que tenía para buscar el empate y en una combinación de sus arietes Hugo Duro cazó un balón en el área que supuso el empate. Y lo que son las cosas acto seguido era Toni, el meta visitante, el que impedía el segundo de los locales tras otra parada descomunal a Jaime. Pocas y decisivas. La pinta era que el partido se iba a resolver por KO o sería nulo.

Porque el medio campo desapareció. La apuesta del Madrid de llegar arriba como fuera tenía el contrapeso de permitir la contra a un equipo que entendió que no podía vivir en su área y pretender salir indemne. Así llegó el segundo de los locales, colada por la derecha, centro al área y Alberto cabecea inapelable a la red. En el intercambio, la primera mano dura la ponía el Poblense que acto seguido regalaba el segundo en su portería. Falta al área remata Latasa, Imanol no es capaz ni de cogerla, ni de despejar y el rechace lo caza Arribas para poner el empate. Bendito desorden.

Quedaban, con descuento, unos diez minutos y aquello apuntaba a espectáculo por el inconformismo de ambos. Además el balón vivía en las áreas lo que sumado al cansancio de un cesped muy exigente alentaba cualquier resultado. No hubo más daños, no se puede decir que fuera injusto porque ambos hicieron méritos para no perder.