PARLA 1-0 MÓSTOLES CF | El fortín de Los Prados

la seña del Parla este año apunta a sufrimiento y sudor. En una liga tan corta (y rara) todos los partidos tienen aroma a final porque ceder, como está haciendo el Móstoles, supone perder el tren muy rápido. Además tienen otro color las victorias como local, son algo más de tres puntos, y en ese sentido el equipo de José Luis Navarro está andando con paso firme en Los Prados (tres victorias y un empate) aprovechando para poner tierra por medio con el lugar de las pesadillas: la cola de la tabla. Pesadillas, por cierto, que ahora acechan al Móstoles, cinco derrotas en cinco partidos y colista sin puntuar por el momento.

El partido se resolvió en un chispazo, expulsión de Sacha por roja directa, falta a favor del Parla y y acto seguido penalti que sirve para que Kity ponga a los parleños por delante. Ya saben “a perro flaco….” Había tiempo por delante, cierto, pero ya todo se había alineado en contra de los mostoleños porque en un campo tan grande como los Prados en el año tan extraño que estamos viviendo jugar con diez, casi 50 minutos es una odisea. Como era lógico al Móstoles se le hizo muy cuesta arriba. Hasta entonces había competido con bastante oficio permitiendo poco a un Parla que no tiene dudas sobre cómo afrontar los partidos: a puro h….

El primer acto se  cerraba con el Parla por delante por la sencilla razón de  que la suerte estuvo de su parte. No fue mejor que el Móstoles, quizá incluso el visitante fuera mejor hasta el penalti, pero supo competir, no concedió nada atrás y supo interpretar el partido para no verse por detrás cuando fue “peor” y saber mantenerse delante cuando tuvo la oportunidad. Le faltó, al Parla, cerrar el partido antes para ahorrarse la inquietud final; en lo demás pocos reproches a un equipo que da en el campo lo que tiene y un puntito más.

La segunda mitad fue de más control de los locales. Con uno más se armaron bien atrás (Sito apenas tuvo curro, como dice él) esperando que el marcador y los espacios brindaran la oportunidad de finiquitar el partido. Es verdad que el Móstoles estuvo bastante bien para lo que podía esperarse de estar con uno menos fuera de casa, pero también que las ocasiones claras fueron para los locales. Las mejores para Figueroa (revulsivo) mano a mano incluido (ya es pandemia fallar estas ocasiones) y Kity que tuvieron que subir al marcador pero al no atinar ante Alberto nos abocaron a un constante “sin vivir” para los aficionados locales.

Porque los mostoleños no cedían, apuraban  sus opciones con un fútbol sencillo, directo que no creaba ocasiones de gol claras pero acertaba a mantener un hilo de vida en el partido que, dada la categoría, puede suponer una alegría (o disgusto, según se mire) en un momento. Con lo que está lloviendo para el Móstoles CF no es poco competir los partidos y, quizá, no hizo tanto demérito para salir derrotado de los Prados. Ocurre que el Parla se agarró mejor al partido, tuvo más fortuna cuando quizá no hiciera el mejor encuentro y supo competir: seña de identidad de un equipo que quiere sobrevivir a la pandemia y a esta tramposa categoría.