NAVALCARNERO 1-0 ADARVE | Hugo Esteban corta dinámicas

descafeinado derby entre Navalcarnero y Adarve, en el que había en juego un puesto de play off. Las dinámicas encontradas de unos y otros en los últimos partidos había propiciado que ambos equipos estuvieran distanciados tan solo tres puntos entre ellos, pugnando por el quinto puesto.

En líneas generales fue un partido soso, con pocas oportunidades. A pesar de que ambos equipos apostaron siempre por tratar de jugar el balón, lo cierto es que les salió un espectáculo deslucido, con mucho juego en horizontal y poca verticalidad. Como era de esperar, de inicio, el Navalcarnero tuvo más el balón, pero jugando entre defensas en campo propio. La buena presión del Adarve, personificada en las figuras de Carbonell y Dani Segovia, impedía que los locales pudieran avanzar con el esférico, a pesar de que Pablo Álvarez se desgañitara pidiendo a los suyos “al campo contrario”.

Hasta el gol, el partido fue monográfico: el equipo local tenía más el balón, jugando en campo propio, ante un Adarve que presionaba muy bien, y que buscaba robar y salir a la contra. Pero como quiera que los navalcarnereños no erraban en los pases, los rojinegros apenas pisaron el área contraria en un par de ocasiones, sin apenas finalizar. En el primer tiempo, tan solo remató una vez Carbonell, yéndosele el balón rozando el palo. Todo, tras un córner a favor de los locales en el que Elo también rozó el gol. Aunque sin lugar a dudas, la ocasión más clara de todo el primer tiempo (y casi del partido), llegó a cinco para el descanso. Tras una absurda cesión hacia el guardameta Guille en área pequeña, el Navalcarnero ejecutó muy bien la acción ante el muro defensivo de los lobos, despejando casi sobre la línea Carbonell en el segundo palo.

El gol que acabó decantando el choque llegó a los once minutos de la reanudación. En uno de los pocos fallos defensivos del partido, Abreu centró desde la banda diestra hacia el segundo palo, para la aparición de Hugo Esteban. El pichichi rojiblanco apenas tuvo que empujar el balón para dar los tres puntos a los suyos, al haber salido a tapar en el primer palo Guille.

Con el Navalcarnero por delante, el desarrollo del juego cambio. De inicio se equilibró más, repartiéndose la posesión, pasando a jugarse en el centro del campo, sin que ninguno de los dos equipos se asomara a las áreas. Además, hubo unos minutos con muchas interrupciones, debido a que comenzó a tensarse la situación, comenzando a sacar tarjetas García Rubio.

Viendo que se le iba el partido, Manu González Millán comenzó a meter oxígeno en su equipo, que había hecho un gran derroche físico, sobre todo en la primera mitad. Con más piernas, el Adarve dio un paso al frente, ganando muchos metros sobre el césped: todos los que retrocedió el Navalcarnero. El equipo de Pablo Álvarez se metió atrás, volviéndose a jugar el partido en su campo, solo que esta vez era el Adarve el que empujaba y lo intentaba. Sin embargo, el buen hacer defensivo de los rojiblancos, muy similar al de la semana pasada en el Escartín, impidió a los lobos crear peligro. Aunque al tener sometido al equipo local, los rojinegros tuvieron alguna tímida ocasión, apenas finalizaron, y cuando lo hicieron fue muy desviado, sin inquietar a Valero.

Con el Adarve empujando hasta el final, buscando su clásico gol en la zona Cesarrini acabó el partido, quedándose los tres puntos en el Mariano González gracias a la buena labor defensiva del Navalcarnero, que en los dos últimos partidos ha variado su filosofía, pero que le ha convertido en un equipo muy fiable, muy difícil de batir.