NAVALCARNERO 0-2 PONTEVEDRA | Efectividad y superioridad gallega

Justa derrota del Navalcarnero a manos del enrachado Pontevedra, que tiene ya a tiro de piedra el liderato del Unión Adarve, que hasta no hace tanto parecía inalcanzable. El cuadro gallego se mostró superior (sin hacer grandes alardes) al cuadro rojiblanco, con la confianza que dan las victorias.

Desde el inicio la posesión del balón fue para el cuadro visitante. El equipo de Ángel Rodríguez tocaba sin prisa ante un Navalcarnero bien posicionado en el campo, con una presión en bloque medio, que impedía a los azules conectar con sus hombres más adelantados. Y cuando tenía el balón el equipo de Pablo Álvarez, también lo jugaba sin prisa ante la nula necesitad de puntos.

Andaba el partido en los llamados minutos de tanteo. Ese primer cuarto de hora en el que casi nunca pasa nada, cuando en una acción aislada se adelantaron los pontevedreses en el marcador. Con la colaboración del viento que frenó el balón, Brais Abelenda aprovechó un hueco en la zaga madrileña, para fusilar desde el pico diestro del área grande, cerca de la escuadra contraria. Un golazo ante el que nada pudo hacer Aitor González. Poco antes había sucedido la acción polémica del partido, en un claro derribo a Fratelli dentro del área, en la que el colegiado dictaminó que no había nada.

Por debajo en el marcador, el Navalcarnero no reaccionó ni cambió su idea. Los de Pablo Álvarez esperaban cazar al contragolpe con la velocidad de Marcos Mendes a su rival, ante un Pontevedra que tocaba y tocaba. Y aunque el ex de la Peña Sport ganó alguna carrera a los centrales, lo cierto fue que no logró generar peligro. Todo lo contrario que el equipo granate (vestido de azul), que cuando remataba lo hacía con verdadero peligro.

A siete para el descanso llegó la segunda acción polémica del partido. Gordillo Escamilla decretó penalti contra el Navalcarnero por una mano involuntaria, de esas que algunos árbitros pitan y otros no. Lo cierto fue que el delantero rojiblanco parecía tenerla pegada al cuerpo. Sea como fuere, Brais Abelenda transformó la pena máxima, entre las fuertes protestas de los jugadores locales. Unas protestas que fueron a más con una caída de Sergi Navarro, menos clara eso sí que la de Fratelli.

Con el 0-2 el partido murió. A pesar de lo mucho que quedaba por delante, el Pontevedra se conformaba con la renta obtenida, y el Navalcarnero no parecía tener el día. Los dos equipos jugaron tranquilamente el balón durante el segundo tiempo, no viéndose en ningún momento juego directo ni ningún pelotazo sin sentido. Como si al choque le faltara la tensión competitiva de estas alturas de temporada, pero sin que ninguno de los dos equipos estuviera de relax. Y aunque tuvo un par de acciones el cuadro rojiblanco para meterse en el partido (Uña y Sergi Navarro rozaron el gol), lo cierto fue que en ningún momento pareció peligrar la victoria para los visitantes. Tanto, que el técnico visitante no realizó ninguna sustitución hasta el minuto ochenta y tres, no agotando ninguno de los dos entrenadores las ventanas de cambios.

Con esta derrota, el Navalcarnero se despide prácticamente de cualquier opción de lograr el sueño del ascenso directo, aunque sigue teniendo una renta amplia para jugar el play off el próximo mes de Mayo, presumiblemente en Alicante.