MÓSTOLES URJC 1-2 ADARVE | El Adarve coge carrerilla hacia el ascenso

las ilusiones de los seis equipos que se encuentran peleando por el ascenso convergen en un punto en el que cada movimiento cuenta. Y es el caso del Móstoles, que tras un espléndida temporada han empezado a notar una fatiga física que les ha hecho bajar su rendimiento. La derrota en Moratalaz del pasado fin de semana ha causado ciertas dudas en el vestuario que se conjuraba para el choque del día de hoy como si de un final se tratase.

Por su parte, el Adarve presenta una dinámica opuesta. Terminó la primera fase con ciertas dudas pese a la inmejorable situación clasificatoria, pero en el momento de la verdad está dando la talla como ya vimos el pasado fin de semana frente al Alcorcón B.

Victor Gonzalez salía de inicio con un 4-4-1-1; Galo ejercía de punta, protegido por Portilla, Ramos y Chupe que actuaban de enganches. Claverias y Merchan en el doble pivote, en los laterales veiamos a Juancar y Cortazar; y en el centro de la zaga a dos instituciones como Souza y Cata Diaz. En portería Tejero, que se está convirtiendo en el héroe del equipo y viene de una actuación estelar.

Pablo Bueno, quien hacía de técnico en el día de hoy por la baja del primer entrenador a causa del CoVid, salía con un 4-4-2. Montejo y Riveiro en punta, por las bandas veíamos a Nouman y Maganto; Cruz y Calleja en el doble pivote. La zaga la completaron Navarro, Salama, Ramos y Gallardo, junto a Álvaro bajo palos.

Los primeros instantes fueron dominados por el conjunto local, que salió a por los tres puntos desde el primer minuto. El Adarve sabía que tenía que aprovechar sus opciones y que podría hacer mucho daño en las transiciones. Vimos a un conjunto visitante muy bien posicionado defensivamente, conocedor de que en estático el Móstoles les podía hacer daño y debían esperar pacientes.

Y esa oportunidad llegó cuando apenas llevábamos veinte minutos de partido. Tras una gran combinación el balón llegaba a botas de Nouman, que aparecia desde segunda línea para adelantar a los suyos.

El desarrollo del resto del primer periodo estuvo marcado por este escenario, el equipo mostoleño demasiado cabizbajo no era capaz de reponerse del jarro de agua fría, y los lobos del Adarve acechaban oliendo la sangre de su rival.

Sin embargo, en el segundo tiempo todo cambió. Victor Gonzalez aprovechó el entretiempo para motivar a los suyos, que salieron dispuestos a dar la vuelta al marcador. Y tras varias ocasiones de gol, Claverias sería el encargado de anotar ese buscado tanto tras golpear al balón algo mordido y hacer que entrara con cierta tensión en la portería de Álvaro.

El Soto apretaba y el Móstoles no se conformaba con el empate. Por si no fuera poco, el entrenador optó por abrir el campo con dos cambios que situaban a Emi y Turégano en los carriles buscando la amplitud y las llegadas laterales.

Y el propio Turégano, que acababa de ingresar en el terreno de juego, protagonizó la jugada polémica del partido al anotar un gol imponiéndose por alto a sus rivales, que el colegiado anuló encendiendo las protestas del conjunto local.

El dominio era total del Móstoles, pero está claro que en el fútbol hay que meter goles. Y eso fue lo que hizo el Adarve aprovechando un fallo en la salida de balón rival, pillandoles desprevenidos en un contraataque que Tellechea concluyó, haciendo enmudecer a El Soto.

Al final los tres puntos volaron al barrio del Pilar dejándonos dos estampas adversas. El Adarve celebraba con abrazos y saltos en el centro del campo, sabedores del importante paso hacia el ascenso que acababan de lograr. Sin embargo, en el Móstoles lamentaban haber perdido una oportunidad de oro.

La imagen del partido sin duda ocurrió tiempo después de que el árbitro pitara el final y cuando ya no quedaba nadie en el estadio. Un abatido Victor Gonzalez se encontraba sentado en uno de los fondos, pensativo y cabizbajo entre el silencio de un campo vacío, probablemente recreando en su cabeza las jugadas que no fueron y pensando en la importancia de tres puntos que se le escapaban de las manos.