MORATALAZ 1-1 TORREJÓN | El diez entre diez rescata un punto

en la semana en la que falleció el mejor diez de la historia (según cuentan los que le vieron jugar), emergió la figura del diez del Moratalaz (Rida), para rescatar un punto para su equipo, en tiempo de prolongación. Y para terminar de rizar el rizo, lo hizo cuando los dos equipos estaban con diez futbolistas.

El partido se le puso muy pronto de cara a los visitantes. Apenas habían transcurrido tres minutos, cuando Heras botó un córner a la derecha de Yayo. El balón fue al primer palo, por donde apareció Balles para marcar de espuela y de espaldas a portería, el 0-1.

No había dado tiempo a situarse prácticamente a ninguno de los dos equipos, y ya iban venciendo los franjiblancos. Quizá por ello (o no), no se vio la versión habitual del Moratalaz. En el partido que cerraba la jornada, no se vio al Moratalaz mandón, que acapara el balón y somete al rival. Se vio un equipo más fallón, y sobre todo con menos balón de lo habitual. A ello también contribuyó un Torrejón muy intenso, fuerte en la presión, y que también quiso proponer con el balón, el cual pasaba más por los pies de los jugadores visitantes que por el de los locales.

Pero aunque los dos equipos querían, no ofrecían un buen espectáculo. Los de Jorge Vallejo porque se veía que no tenían su día, con un juego ramplón en el que no había muchas ideas sobre el césped. Por su parte, el Torrejón parecía conformarse con el marcador, y le faltó meterle una marcha más al choque. Como si al no verse exigidos por el adversario, les pareciera una renta suficiente y cómoda para llevarse el partido. Tanto, que los visitantes no volvieron a rematar contra la portería rival en el primer tiempo, pese a llevar el peso del partido. Por su parte, los locales rozaron el gol en un remate de Vargas, que acabó despejando junto al palo y cerca de la línea Fran Sánchez.

En el tiempo de prolongación del primer tiempo, llegó la acción que condicionaría el resto del partido. Tras reclamar insistentemente prácticamente todo el Moratalaz un penalti, que Alonso Campos negó con la cabeza en varias ocasiones, Ayuso perdió el control, empujando fuertemente a Palero. El colegiado no lo dudó, y sacó la roja directa al veinte local.

Por debajo en el marcador, y en inferioridad numérica, Jorge Vallejo introdujo un doble cambio al descanso. Retiró a sus dos laterales (García y Corchón), para dar entrada a Víctor y Nabil, cerrando con tres hombres atrás. Poco tenía que perder un técnico que ya iba por debajo en el marcador, y que no estaba viendo una buena versión de su equipo.

Con un hombre más, y una defensa de tres, el Torrejón encontró más espacios. Como los locales nada tenían ya que perder, pensaban más en la portería rival que en la propia, jugando más directo de lo habitual, aunque sin recurrir al pelotazo. Y aunque se echó en falta algo más de ambición y verticalidad en los visitantes, tuvieron opciones de matar el partido, errando en la finalización. Y es que aunque los Heras, Valverde, Rubén, Fran Sánchez y compañía remataron a puerta, apenas inquietaron a un Yayo que salió victorioso de dos remates desde el área chica.

Y ya se sabe, en el fútbol el que no sentencia los partidos lo suele acabar pagando. Y fue en un tiempo de prolongación para olvidar de los torrejoneros. Primero porque el que probablemente sea el mejor futbolista de su plantilla, Heras, vio la roja directa (a pesar de que ya tenía una amarilla) tras revolverse contra Adnan en una falta. Y porque dos minutos después, tras un saque de banda, Rida niveló la contienda. El diez verdinegro recibió el balón en el mencionado saque de banda, bajando, controlando, y dándose la vuelta en la frontal del área, cerca de la semiluna. Y una vez que se acomodó el esférico y vio el hueco, batió a Nacho Esteban con un disparo raso cruzado, cerca de la cepa del poste.

Y aunque desde el gol local y hasta el final del choque todavía se disputaron tres minutos (se añadieron siete), no dio tiempo para más, a pesar de que el partido finalizó con un disparo lejano de Vere, tras el cual no se llegó a sacar ni de puerta.