CASTILLA 2-2 LINENSE | Un punto con sabor a derrota

primer revés del curso para el Castilla esta temporada. El equipo de Raúl González vio como se le escapaban dos puntos en el descuento, ante un Linense, que eso sí, mereció el premio obtenido a última hora.

Sorprendió la Balona con su propuesta en el Di Stéfano. El equipo de Monteagudo, no es que llegara a Valdebebas a quitarle el balón al filial blanco, es que se lo quitó. En todo momento, el cuadro gaditano quiso jugar el balón, sin prisa. Los de La Línea construían siempre desde atrás, aunque, eso sí, tocando en exceso en horizontal, y con poca profundidad.

El no tener el balón, se suponía que incomodaría a los mirlos blancos, que sin embargo, no sufrían. La escasa profundidad del cuadro gaditano dejaba la tarde plácida para los de Raúl González, que poco a poco fueron ganando terreno y posesión de balón. Aunque el cuero seguía pasando más por las botas de los jugadores vestidos de azul, la posesión se equilibró, desarrollándose el partido en el centro del campo. Los dos equipos tocaban y querían construir, pero eran incapaces de superar a los defensores rivales. Y cuando cualquiera de los dos equipos lograba sobrepasar a la zaga rival, no lograba finalizar; o si lo hacían, eran con disparos muy desviados, que no hacían ni pestañear a los porteros.

Transcurría el partido sin pena ni gloria, hasta que al alcanzar el ecuador del primer tiempo llegó la emoción. El primero en golpear fue el filial madridista, que se adelantó en el marcador. Peter botó un córner a la izquierda del guardameta Varo. El balón fue hacia el primer palo, desde donde Álvaro con un gran salto, y un mejor cabezazo, envió el balón al fondo de la red.

El gol merengue fue el despertar de un partido que venía siendo soso. Sin embargo, dos minutos después, los visitantes tuvieron una ocasión pintiparada para reestablecer la igualada. Masllorens remató desde el interior del área, forzando a Cañizares a meter una gran mano abajo. Sin embargo, decretando Muresan Muresan penalti, al ser derribado el seis andaluz después del remate. La pena máxima se encargó de lanzarla Omar, que, aunque logró engañar a Cañizares, no logró empatar el encuentro al lanzarlo muy desviado, sin ni siquiera aproximarse al palo.

Tras el gol y el penalti marrado, el choque ganó en ritmo. Aunque a los dos equipos les costaba un mundo finalizar, movían el balón con más velocidad y criterio, viéndose fútbol de más kilates, aunque con poco provecho. De hecho, hasta el descanso, tan solo se puede rescatar un remate de Peter, tras jugada de Bruno, y otro de Álvaro.

Tras el paso por vestuarios, la segunda mitad arrancó como la primera. El Linense se monopolizó el balón, metiendo esta vez al Castilla en su campo, y sobre todo, creando peligro. Tanto, que a los tres minutos de la reanudación, logró el equipo de Monteagudo empatar el partido. Tras una gran jugada personal de Loren por la banda diestra, el balón quedó muerto tras el intento de rechace de la zaga. El cuero le cayó a Koroma, que desde una posición cercana al punto de penalti, logró rematar cruzado abajo, imparable para Cañizares. Aunque Pablo Ramón estuvo cerca de despejar el balón sobre la línea, éste acabó entrando a escasos centímetros del central.

Reestablecida la igualada, el Castilla quedó grogui. Los pupilos de Raúl atravesaron sus peores minutos, pero supieron aguantar los arreones de un Linense que daba una gran imagen, aunque de nuevo sin dar trabajo a Cañizares.

Superados los peores minutos, los merengues lograron ganar metros sobre el césped, aunque el partido se seguía desarrollando en la parte del terreno de juego en la que les tocaba defender. Solo a la contra, eran capaces los madridistas de crear peligro, ante el control territorial de los gaditanos, que no lograban finalizar.

Y es que, la gran diferencia fue esa. Mientras que los forasteros tenían el control territorial, eran los locales los que mostraban mayor verticalidad, y, sobre todo, mayor poder ofensivo. Y no solo por los delanteros, puesto que el mejor remate fue de Obrador, con un espectacular lanzamiento desde fuera del área, que obligó a Varo, a volar hacia la escuadra, para evitar el que habría sido el gol de la jornada. Con lo que no pudo el meta, fue con el disparo de Arribas, para el 2-1. Perfilado ligeramente hacia la izquierda, Peter, tras jornada personal, metió un gran balón filtrado para Arribas, que controló dentro del área. Tras avanzar con el cuero, el diez elevó el balón por encima de su par, cruzando el esférico a la escuadra contraria.

El segundo tanto madridista, hizo perder la fe a los andaluces. Aunque éstos seguían teniendo más presencia en campo rival, lo cierto fue que al equipo de Monteagudo se le vio con más parsimonia, como jugando sin fe. Y aunque Toni García estrelló un balón en el travesaño en una falta directa, lo cierto fue que no daban sensación los de la Línea de poder empatar. Todo lo contrario que un Castilla, que cada vez que se aproximaba al área rival, creaba expectación.

A última hora, se volcó con más corazón que cabeza el equipo de Monteagudo. Cerrando con tres hombres atrás, el Linense trató de volcarse con todo, y logró rescatar un punto, cuando la victoria local parecía un hecho. Corría el segundo minuto del descuento, cuando tras un córner, Morante logró empatar la contienda con un gran remate de cabeza. Un jarro de agua fría para los madridistas, pero que hacía justicia a lo visto sobre el terreno de juego. Y aunque luego el partido se afeó, con un posible penalti para los locales, y una expulsión en una tangana frente al banquillo visitante, lo cierto fue que apenas nada reseñable pasó, finalizando el partido con un justo reparto de puntos.