CASTELLÓN 3-0 RM CASTILLA | El Castellón se merienda al Castilla

El fútbol no tiene sentimientos, ni compasión y si te presentas en casa de un tigre como un lechón, no llegas a la cena. El Castilla lo ha comprobado en sus propias carnes en su visita al mítico Castalia. En dos minutos pudo dibujar un partido muy distinto al que al final acabó cuajando. La diferencia, como no, la definición. O la suerte. Porque el Castilla tuvo en sus botas la primera opción de gol clara y no supo definir; luego el Castellón no devolvió el favor y en la primera que tuvo de verdad (había anunciado antes sin chicha) resultó letal. Con marcador en contra los de Raúl quisieron, lo intentaron pero ni pudieron, ni tuvieron las hechuras para darle la réplica a un equipo que, en ventaja, pareció pedalear cuesta abajo. Lo peor de todo es que la derrota deja a los blancos mirando más hacia el descenso que hacia los puestos de arriba y que vuelve a incidir en los problemas de este equipo como visitante. .

Como era de rigor los castellonenses salieron a mandar. Sin perder la cabeza porque descolgaban lo justo para controlar el juego. El Castilla a la espera consciente que es improbable que un equipo con tantas tablas como el rival se desquiciara de principio. Así las primeras llegadas, con poca sustancia la verdad, fueron de los locales. Fuidias puso tapón para evitar el primer susto a remate lejano de David Cubillas. Los de Raúl respondieron con una buena jugada en la que Marvin se dejó comer la merienda por el mismo Cubillas cuando llegaba franco para el primero tras una contra de vértigo. Fue la jugada decisiva porque acto seguido en un tremendo error visitante en la salida del balón, Dani Torres aprovechaba para robar, encarar a Fuidias y marcar el primero. La “ternura” de Fuidias y Blanco complicaba de salida el duelo para el filial.

El gol encabritó a los albinegros que pasaron a dominar de forma incontestable. Los madridistas se veían desbordados y en una jugada embarullada que los madrileños no supieron despejar por falta de contundencia el balón sale suelto a un costado para que Pablo Hernández más despierto que Miguel recoja para batir a Fuidias. El Castilla se iba a la lona, estaba grogui y a merced del Castellón que entendió que tenía que liquidar el duelo. Lo acabó haciendo Koné, antes pudieron otros y el 3-0 se antojaba como una losa insuperable. Al descanso no había ni una señal para el optimismo.

La segunda parte no existió. El filial quiso, claro, por vergüenza torera pero se topó con su desánimo y con un rival que mostró todo el oficio del mundo. Los madrileños llegaron hasta la frontal del área castellonense más a trompicones que por elaboración, sin claridad para sorprender a un equipo bien pertrechado atrás. Un cabezazo de Latasa pareció apuntar a algo pero se fue desviado y los locales entendieron a quien debían parar en la creación. Neutralizado (y desesperado) Arribas a los madrileños sólo les quedaba un destello de la calidad que se presupone a un equipo con internacionales en categorías inferiores. Claro que, conforme corría el reloj, menos lucidez y más riesgo de verse rematado en una contra. La verdad es que en ese aspecto no puso mucho empeño el Castellón, más precavido que osado, lo que facilitó la tarea defensiva de los castillistas. El discurrir de los minutos fue un nada de nada porque al atisbar el final del partido ambos conjuntos enterraron el hacha para no hacer más sangre en un duelo desigual.