ALCALÁ 0-1 PINTO | El pleno sigue siendo pinteño

tras mucha incertidumbre, se celebró en El Val la quinta jornada de esta segunda fase, en búsqueda de la permanencia en la categoría. Quinta jornada, pero tercer partido para ambos, que habían ganado sus partidos precedentes por 1-0 (el Alcalá en casa; el Pinto como visitante). Al final el gato al agua se lo llevaron los de Javi García, tras dos semanas convulsas en el Amelia del Castillo.

El partido comenzó con protesta en las filas visitantes. Tras la polémica e inentendible decisión de la Jueza de Competición, obligando al Pinto a jugar la fase de descenso, aún reconociendo que obtuvo más puntos en la primera fase que el Trival, los jugadores visitantes renunciaron a disputar el balón durante los treinta primeros segundos; secundado por todos los integrantes del banquillo puestos en pie. El Alcalá, como es lógico, tocó muy lentamente el esférico en línea defensiva, mientras sus jugadores iban haciendo saltos y ejercicios de calentamiento en lo que finalizaba la protesta visitante.

Tras ello, vino un partido insulso. La posición de los dos equipos en el grupo de permanencia es cómoda, con el colchón de dos partidos aplazados, lo que les quitó mucha tensión de las piernas; y más tras una extraña semana en la que no sabían si iban a competir, y si lo hacían contra quién. Los locales tenían más el balón, tratando de elaborar más; aunque el cuero no circulaba con velocidad. Las defensas estaban firmes, y los atacantes tampoco tuvieron su mejor día, pues pocas veces lograban sorprender y superar al adversario, por lo que las ocasiones brillaron por su ausencia.

Sin embargo, y aunque dentro de la igualdad ninguno de los dos equipos daba sensación de peligro, si que tomaron protagonismo los dos porteros, con dos grandes paradas para salvar a los suyos. El primero en actuar fue el visitante Carlos Morales, con un gran remate de cabeza de Nanclares, que le obligó a volar para despejar a córner. Y en ese mismo saque de esquina, Rafael vio como el propio Morales le arrebataba un gol prácticamente sobre la línea. Después en el ecuador del primer acto, fue Goal el que se topó con Degre. El delantero remató a la media vuelta a bocajarro sobre un Degre que se hizo enorme, repeliendo también a córner.

Esas tres acciones, fueron lo más reseñable de un aburrido primer tiempo, que dio paso a un segundo que comenzó más movido, y que prometía más. Nada más salir de vestuarios, pudieron adelantarse los visitantes con un centro desde la banda diestra, que por poco no se introdujo la zaga en su propia portería. Es más, el efecto óptico hizo a más de uno en la grada lamentarse, pensando que los rojillos habían encajado un gol.

Pero nada más lejos de la realidad. Al choque le continuaba faltando ritmo. El Alcalá tenía más el balón, y trataba de elaborar con posesiones largas, aunque sin profundidad ninguna; frente a un Pinto bien posicionado que no sufría sobre el césped. Tan solo a balón parado, los complutenses crearon algo de peligro, a la salida de innumerables córners. El capitán local, Benítez, a punto estuvo de adelantar a los suyos, sobre todo en una segunda acción en la que Morales atrapó el balón por bajo, junto al palo y sobre la línea.

A veinte para el final, se vio el único y definitivo tanto del partido. Salvando el centro del primer minuto, en la primera jugada con verdadero peligro sobre el área de Degre, se adelantaron los de Javi García. Y fue tras una acción personal de Javi del Val por la banda izquierda. El doce pinteño se quedó solo, aunque escorado delante de Degre; al que batió con un disparo cruzado al segundo palo, que se introdujo en la portería tras tocar en el interior del poste.

Tras el gol visitante, y antes de que se sacara de centro, Jorge Martín de San Pablo introdujo un triple cambio buscando revitalizar a su equipo. Una jugada que no le salió bien al técnico toledano, puesto que a su equipo comenzaron a entrarle las prisas, y la ansiedad por marcar. Tanto fue así, que en varias ocasiones tuvo que pedir orden a los suyos, que no basculaban bien, quedándose varios de sus futbolistas fuera de sus posiciones. Por su parte, el Pinto jugaba con la tranquilidad y confianza que le daba el verse por delante en el marcador. Rico y Ángel tuvieron el segundo para los suyos en dos acciones prácticamente consecutivas, topándose con dos grandes paradas de un Degre inconmensurable. Y aunque Durán se topó también con Morales en tiempo de prolongación, lo cierto fue que los locales no dieron sensación real de poder empatar, convirtiéndose en un quiero y no puedo; a pesar de que acabaron con todo su potencial ofensivo sobre el césped.