ALCALÁ 3-1 POZUELO | Diez minutos de locura y desgracia

Quinta victoria consecutiva del Alcalá, que le permite dormir en puestos de play off, aunque al finalizar la jornada acabará en sexta posición debido al Las Rozas-Getafe B. Una situación que podría hacer desbordar la alegría a orillas del Henares, que sin embargo se vio empañada por las lesiones de Ángel Moreno, y sobre todo la del capitán Antonio Huelves, que parece de más gravedad.

Centrándonos en lo deportivo, el choque fue más bien igualado. Dos equipos muy bien plantados tácticamente sobre el césped, que, literalmente, no concedían nada al contario. Además, los dos equipos jugaban de forma muy similar. Tratando de sacar el balón desde atrás, al no poder superar la última del contrario, una vez traspasaban la línea divisoria de ambos campos, jugaban más vertical, buscando con balones largos que sus delanteros ganaran en velocidad a los defensores. Sobre todo un Alcalá que atacaba con más hombres.

Y como quiera que los dos equipos jugaban de la misma manera, conseguían el mismo premio: nada. Nada ofensivamente, puesto que en labores defensivas salían ganando los zagueros. Hasta tal punto, que en todo el primer tiempo, tan solo se vio una ocasión clara de gol. Y, como no, tuvo que ser a balón parado, en un cabezazo de Borrasca a la salida de un córner que se marchó alto.

El partido fue muy lineal durante todo su desarrollo, salvo en diez minutos, los que van del 59 al 69, en los que se vieron los cuatro goles. Comenzó golpeando el equipo de Granero, que se adelantó en el marcador por mediación de Juan Guardia, aunque medio gol fue de Lorite, que le puso un gran centro en una falta centrada. Pero no le dio tiempo a saborearlo al equipo verde, puesto que tras sacar de centro, sin que el Pozuelo llegara a tocar el esférico, Álvaro Portero igualó la contienda, tras ganarle el mano a mano a Parra, tras una gran combinación entre Noman y Toledano que acabó con un pase filtrado del gaditano para el ya pichichi rojillo.

Con el partido de nuevo igualado, se vivió la peor situación de la tarde. Transcurridos apenas dos minutos desde el 1-1, en una jugada fortuita, el capitán local Antonio Huelves (que había entrado desde el banquillo sustituyendo al también lesionado Ángel Moreno), piso mal, se le dobló la rodilla, estando el juego parado casi cuatro minutos mientras era atendido entre lágrimas y gritos de dolor.

Lejos de acusar el golpe anímico, reanudado de nuevo el juego, el Alcalá remontó completamente el marcador, y hasta llegó a sentenciarlo. Al minuto de ponerse de nuevo el balón en movimiento, Aitor Monroy botó una falta centrada al corazón del área. Por allí peinó el balón Tito, botando el balón dos veces en el área chica, rebañando cual cazagoles el propio Tito, llevándose el balón ante las narices de Parra, haciendo el 2-1. Y por si fuera poco para el equipo local, tras sacar de centro el Pozuelo, una pérdida en el centro del campo significó el 3-1. Abel Molinero robó el cuero por el perfil diestro, combinando con Noman hasta en dos ocasiones, lo que hizo que los dos atacantes rojillos se internaran en el área. Abel Molinero fue el último en recibir el balón dentro del área, tratando de batir a Parra con un disparo abajo, ante el que respondió el cancerbero con una gran parada. Sin embargo, el balón muerto le favoreció a Noman, que, con todo a placer, hizo el tercero.

Tras el tercer tanto local, el partido volvió a lo que fue durante los sesenta minutos anteriores. Aunque no bajó los brazos, el Pozuelo pareció quedar anímicamente muy tocado ante un Alcalá que sabía que si no cometía errores, sumaría su quinto triunfo consecutivo. Y aunque en los minutos finales el equipo visitante tuvo un par de acercamientos con peligro, la finalización no fue ni tan siquiera a portería, por lo que nunca dio la sensación de que el marcador se pudiera alterar más, como así ocurrió.