ADARVE 4-0 LANGREO | El Adarve se reencuentra

Ya saben ustedes que dice el dicho que el partido no acaba hasta que pita el colegiado. Añadan, para el Langreo, que empieza de idéntico motivo. Porque encajar un gol nada más arrancar, de visitante, con cinco de fondo y en un pelotazo (magnífico eso sí) sin elaboración previa, se digiere mal. Es solo una jugada, claro, pero resultó vital porque disipó de golpe cualquier duda que pudieran tener los locales (cuatro jornadas sin ganar), desbarató de entrada el plan visitante y permitió que los jugones del Adarve se sintieran “como en casa” explotando la velocidad de un Álvaro Portero estelar.

Sin haber colocado “los papeles” ya ganaba el Adarve, casi no dio tiempo ni a encender el ordenador y ya ganaba el Adarve balón en profundidad de Calleja para la carrera de Portero, la defensa del Langreo, aún en el desayuno, no lee el desmarque del “nueve” local que llega suelto para batir a Torre con una precisa vaselina. La mejor manera de empezar, la primera para adentro. Para los asturianos las malas noticias seguían con la desafortunada lesión de Gonzalo y en menos de diez minutos: gol en contra y cambio obligado.  Con el marcador a favor el Adarve dio un pasito atrás para dejar la posesión a un Langreo que no tuvo más remedio que aceptar la invitación. Y envío un aviso con una colada de Dorian que obligó a los defensores madrileños a enviar a córner porque se quedaba sólo ante Simón el nacido en Fuenlabrada.

El Adarve tenía muy claro el plan: firmeza defensiva y aprovechar las carreras de Portero, un hombre grande muy incómodo para la defensa. Lo mismo que Dorian que volvió a avisar en un revuelo en el área local a donde llegaba de forma demasiado frecuente el balón. Cierto que a los asturianos les faltaba precisión para la decisión final pero en esta categoría que el esférico transite mucho por una de las áreas no suele acarrear buenas noticias. Así que el equipo local tuvo que salir, recuperar el control del balón y del juego con el objeto que no pasara nada. Sí, lo han entendido bien, que “no hubiera partido”. La verdad que el plan funcionó, ya saben: si el rival no tiene el balón, no puede marcarte gol. Lo hizo muy bien el Adarve que se defendió con balón para evitar cualquier accidente atrás. De hecho fue el portero asturiano quien sacó una mano providencial a remate de Cruz  cuando ya se vislumbraba el descanso llegó el segundo llegó de Mayorga poniendo la guinda a un acoso local en forma de saques de esquina que dejaba el partido muy franco para los locales.

A la vuelta de vestuarios repetición de la primera jugada del primer acto: nuevo balón largo para Álvaro Portero que se va en velocidad de la defensa y bate a Torre en su salida. En cinco minutos entre el final del primer acto y el segundo, partido liquidado. Más aún cuando Gallardo tras un remate de Andrei al palo recoge el rechace para hacer el cuarto en menos de una hora de juego. Probablemente el Langreo no estaba jugando tan mal para llevarse semejante castigo, pero, pero, pero….La eficacia rematadora del Adarve estaba siendo extraordinaria. La prueba fue que acto seguido Angelito se topó con el portero local que le sacó un balón que es gol ocho de cada diez veces. Cuestión de puntería y suerte.

El Langreo tuvo vergüenza torera y siguió buscando el gol a favor como si conllevara premio. De agradecer el empeño por recortar porque nos mantuvo atentos al espectáculo ya que también el Adarve quiso redondear a la contra. Tampoco en ese afán encontraron premio los astures que se toparon con una defensa atenta y, en última instancia, con un Dani Simón que hizo su trabajo. Al final, goleada de los rojilblancos para prolongar el sueño de la promoción (cuando menos). Por lo pronto, otra semana en lo más alto de la tabla. Bravo Adarve.